París prueba primeros radares contra contaminación sonora de vehículos

París se convirtió esta semana en la primera capital internacional en instalar radares sonoros para limitar el ruido de los vehículos y luchar contra ese tipo de contaminación acústica, que las autoridades locales califican de problema de salud pública.

"El ruido tiene un impacto muy fuerte sobre la salud. Altera el sueño y reduce ocho meses la esperanza de vida de los parisinos afectados", explicó hoy a Efe el concejal encargado de la Transición Ecológica del Ayuntamiento de París, Dan Lert.

Los dos radares de esta primera fase de experimentación están en los distritos 17 y 20, en dos calles con mucha circulación y buena visibilidad, para que las cámaras de esos aparatos puedan hacer su foto sin problemas.

El principio es sencillo y utiliza alta tecnología: al igual que los radares de velocidad, los micrófonos captan el ruido a partir de un umbral que por el momento se ha establecido en 90 decibelios y se toma una foto del vehículo del que proceda.

"En cierta manera le hemos declarado la guerra a la contaminación sonora. No a los automovilistas, sino a la contaminación sonora de los vehículos que son muy ruidosos", explica el concejal, que precisa que París es la primera capital del mundo que lanza este sistema.

Esta etapa experimental, lanzada en enero en otros puntos del país, abarca en total a otras seis comunidades galas, incluidas las ciudades de Niza y Toulouse.

Lert recalca que la primera parte permitirá comprobar la fiabilidad de los radares en situación real y durará tres meses. La segunda comenzará en la primavera de 2023 y ahí ya sí se impondrán multas de hasta 135 euros.

En su punto de mira están todo tipo de vehículos, desde los camiones hasta los automóviles particulares y las motos. El ruido del claxon no será tenido en cuenta, y si el balance en todo el país es positivo la intención es generalizar la iniciativa.

"El radar sonoro es una herramienta más que va a permitir acelerar la lucha contra el ruido. Es una manera de decir a los propietarios de vehículos muy ruidosos que no están autorizados a afectar la salud de las personas de las calles por donde circulan y de incitarlos a revisar o a cambiar sus coches", apunta Lert.

Una moto con el escape trucado, según sus cifras, puede despertar por la noche ella sola a 10.000 personas.

La implantación de estos radares se enmarca en una iniciativa más amplia contra la polución sonora.

El plan de la ciudad contra el ruido, del que el concejal está al frente, incluye 30 medidas y su objetivo es lograr que el ruido de los motores se reduzca en cinco años en una media dos decibelios, una cifra que califica de "importante".

"Los parisinos esperan de nosotros acciones contundentes", apunta Lert, que cree que los 135 euros de multa son lo suficientemente disuasorios como para que este trabajo de prevención y concienciación resulte satisfactorio. 

EFE

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