Los zoológicos colombianos viven su propia crisis por el coronavirus
El coronavirus ha golpeado también a los zoológicos de Colombia, en crisis por el cierre obligatorio debido a la cuarentena que los ha dejado sin dinero ni medios para mantener y alimentar a más de 12.000 animales de diferentes especies que tienen a su cargo.
Con más de 2,7 millones de visitantes por año, los ingresos por taquilla son la principal fuente de financiación en Colombia de doce espacios dedicados a la educación, investigación, conservación y recreación, por lo cual el cierre al público impacta significativamente su sostenibilidad financiera a corto plazo.
Según fuentes del sector, los animales en los parques zoológicos de Barranquilla, Cali, Santa Fe (Medellín), Piscilago (Melgar), Guátika (Tibasosa), y Santacruz (San Antonio del Tequendama), ya comenzaron a tener dificultades porque sus administradores no cuentan con recursos para alimentar a los animales.
A estos se suman los acuarios Parque Explora, en Medellín; Rodadero y Mundo Marino, en Santa Marta; el Oceanario Islas del Rosario y el Aviario Nacional de Colombia, ambos en Cartagena; así como el Bioparque Los Ocarros, en Villavicencio.
Refugio de especies
La directora del Zoológico de Barranquilla, Farah Ajami Peralta, manifestó a Efe que "muchos de los animales que viven en el zoológico han sido rescatados porque eran mantenidos ilegalmente como mascotas, y acá se les brinda una nueva oportunidad, ya que no pueden ser rehabilitados y liberados en lo que eran sus hábitats".
"El zoológico de Barranquilla cerró al público de forma preventiva pero su operación no se detiene porque hay que seguir garantizando diariamente la alimentación, la salud y demás cuidados de los animales", agregó Ajami, quien precisó que necesitan reunir 250 millones de pesos (unos 63.000 dólares) mensuales hasta julio, para asegurar la supervivencia de las distintas especies.
Este parque fue inaugurado en Barranquilla hace casi 70 años y hoy es el responsable de cuidar a 800 animales de 130 especies de Colombia y el mundo, muchos de los cuales están en peligro de extinción, recordó Ajami.
El director del Parque Zoológico Santa Fe, en Medellín, Jorge Aubad Echeverri, expresó a Efe que "se requiere de un equipo de 94 personas que se encargan del bienestar animal, entre biólogos, veterinarios, zootecnistas, técnicos, operadores y personas que hacen el mantenimiento de hábitat".
"Ya vamos a cumplir un mes de haber cerrado puertas y obviamente con cero ingresos y con una operación que está cercana a los 500 millones de pesos mensuales (unos 126.000 dólares), se hace muy difícil y los recursos se agotan", indicó.
Cierre prolongado
Convencido de que la cuarentena nacional que comenzó el pasado 25 de marzo, y que fue precedida por otras medidas de aislamiento ciudadano "se va a prolongar", Aubad añade que empiezan a pensar en "un cierre largo, y por eso abrimos una cuenta para donaciones en efectivo".
Otros zoológicos también han habilitado en sus páginas web las herramientas para recibir donaciones de dinero mediante internet.
Según explicó, todos los animales tienen muchos requerimientos, y unos por su tamaño, como los jaguares, pumas y osos, tienen alto consumo de alimentos, pero también hay unos pequeños primates a los que hay que hacerles un seguimiento veterinario muy detallado.
En medio de esta emergencia, la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines (Acopazoa), que agrupa a las doce instituciones de su tipo en el país, solicitó ayuda al Gobierno para poder seguir sosteniendo los 12.200 ejemplares que tienen a su cargo.
En una comunicación enviada al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, los doce zoológicos y acuarios explican que tienen, incluso con una operación reducida debido a la ausencia de visitantes, gastos mensuales de unos 1.786 millones de pesos (unos 445.000 dólares).
En Colombia, muchos de los animales que están en los zoológicos no son candidatos a liberación porque pertenecen a especies exóticas originarias de otros continentes o son especímenes entregados a los parques, en calidad de cuidadores, por las mismas autoridades ambientales.
EFE