Los desechos del mar que se transforman en arte y rinden homenaje al Joe Arroyo

Los cuerpos de agua que rodean el departamento del Atlántico confluyen entre ellos en ciertos puntos después de realizar todo un recorrido por sus vertientes que cubren grandes áreas del territorio nacional. La cuenca del Río grande de la Magdalena y el litoral Caribe nutren nuestros suelos y nos conforman también, en la esencia identitaria de lo que somos.  

Ni qué decir de las aguas del Canal del Dique, que, aunque es una bifurcación artificial de las aguas del Magdalena, también constituyen un importantísimo reservorio de vida, tradiciones y sonidos.

El mar aquí, en las playas del departamento del Atlántico, arroja miles de desechos que traen sus aguas al recibirlas en cualquier punto de la geografía colombiana donde cualquiera de nosotros -por falta de conciencia o por accidente- violenta la pureza del recurso natural.

Por eso esta intervención artística del Salón BAT de Arte Popular en su ruta por el Atlántico es un llamado a la conciencia. “Esta obra de arte cumplirá un ciclo, pero el mensaje debe calarnos para siempre. Debemos hacer conciencia de nuestra relación con la naturaleza. Aquí se convirtieron en elementos de arte estos desechos que fueron retirados de las playas de Punta Roca y Salinas del Rey, pero miles de estos plásticos no cuentan con un desenlace de utilidad y por el contrario, contaminan el ecosistema marino y fluvial”, afirma Diana Acosta, secretaria de Cultura y Patrimonio departamental.

Y ese llamado coincide también con el objetivo del artista al crear con este material un homenaje a uno de los artistas más grandes que ha dado el Caribe colombiano y que tuvo presente en sus letras esa conexión hídrica: ‘del caribe aflora, bella, encantadora, con mar y río, una gran sociedad’.

“En este territorio por decenas de motivos el tributo tenía que ser para el gran Joe Arroyo y, claramente, la imagen no podía ser otra que esta fotografía icónica que marcó para siempre la gráfica de la industria musical y cultural de nuestro país. Para mí es un honor estar aquí, creando, de la mano de la Fundación BAT y la Gobernación del Atlántico y con el apoyo de los niños y niñas del Colegio San Nicolás de Tolentino, artistas de Madera náufraga de Puerto Colombia y las guardianas de esta plaza que cada vez está más hermosa”.

La instalación de gran formato, con dimensiones de 6mts x 7mts, estará disponible en la plaza de este municipio durante una semana. Una semana que permitirá no solo recordar la memoria del músico que adoptó nuestra tierra como propia sino también retumbar el llamado al cuidado de nuestra relación con el ecosistema.

“Esta obra cuenta historias de abandonos, de tristezas, pero también de esperanza. Pienso que qué mejor esperanza que llegar a un mejor puerto para comenzar a construir una sociedad mejor”, finaliza Butrón.

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