David Eusebio Garzón Garrillo, un comerciante de 39 años, no pudo resistirse al encanto de dos mujeres que lo sedujeron en una peluquería en un centro comercial de Barranquilla.

Cuando se estaba realizando un corte de cabello, el pasado 18 de junio de 2021, fue abordado por las dos damas, quienes con coqueteos y picardías le propusieron salir los tres y terminar en un hotel con un final feliz.

Eran las horas de la tarde.

Allí una de las agraciadas mujeres le propuso que intercambiaran números celulares y acordaron verse en horas de la noche para irse de rumba en uno de los bares del norte de la ciudad.

Así sucedió.

Los tres llegaron puntuales a uno de los bares que se encuentran ubicados en la carrera 43B con calle 82, pasadas las nueve de la noche.

Allí consumieron cervezas y una botella de whisky.

Ya ‘happy happy’ abandonaron el lugar pasadas las 11 de noche y en el vehículo de David Eusebio se dirigieron a un hotel situado a pocas cuadras del lugar, solicitaron una habitación para los tres y subieron a la misma, minutos antes de culminar el día.

Todo parecía normal, pero minutos más tarde, ya entrada la madrugada del 19 de junio, las dos mujeres abandonaron el hotel con el pretexto que iban a comprar licor.

Minutos después, solo regresó una de ellas, buscando afanosamente un celular, vuelve a subir a la habitación por poco tiempo, se retira nuevamente y ni ella ni la otra mujer que la acompañaba vuelven a aparecer en la escena.

Cuando amaneció, inquieto porque las dos mujeres que acompañaban a David Eusebio Garzón Garrillo, a quien no se le conocía la identidad en ese momento, no regresaron, uno de los empleados del hotel puso en conocimiento ese hecho poco usual a la gerencia, por lo que decidieron tocar la puerta de la habitación que se les había asignado.

Al no tener respuesta, se vieron en la imperiosa necesidad de ingresar, hallando el cuerpo sin vida de quien fue identificado por un familiar como David Eusebio Garzón Garrillo.

Mediante estudio del Instituto de Medicina Legal se determinó que David Eusebio Garzón Garrillo falleció como consecuencia de un golpe contundente en la región cervical asociado a signos de asfixia.

Todo era un misterio sobre las dos siniestras mujeres.

Después de casi 6 meses de adelantar una ardua labor de investigación por parte de un investigador de la Sijin Mebar, bajo la coordinación del Fiscal segundo especializado, se logró identificar a Yelly Andrea Ospina Prieto, de 20 años de edad, como una de la probable responsable de ese homicidio.

¿Cómo determinaron esto las autoridades?

Fue de gran importancia para ello, el aseguramiento de una huella latente hallada durante la inspección que se le hizo a la camioneta de Eusebio, que la postre resultó ser de esta joven.

Además, testigos la identificaron cuando se encontraba en la peluquería, en el bar y luego en el hotel.

Además, de que en el celular de la víctima se lograron asegurar varias fotografías donde ésta aparece departiendo con la víctima horas antes de ingresar al sitio en donde fue hallado sin vida.

El celular y un documento había sido dejado en el bar, ya que Eusebio David no tenía dinero para cancelar la cuenta del consumo de cervezas y la botella de whisky.

El pasado 24 de noviembre de 2021, el Juzgado Noveno Penal municipal con funciones de control de garantías de Barranquilla, expidió en contra de Yelly Andrea Ospina Prieto, orden de captura como probable responsable del delito de homicidio agravado, la cual se hizo efectiva el 2 de diciembre de 2021 en la ciudad de Tuluá, Valle del Cauca, por miembros de la Sijin de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

Todos esos detalles fueron revelados por el Fiscal segundo especializado en las audiencias de legalización de captura, formulación de imputación e imposición de medida de aseguramiento que a partir del  3 de diciembre se surten ante el Juez Séptimo Penal municipal con funciones de control de garantías de esta ciudad.

El juez declaró legal la captura, avaló la imputación realizada por la Fiscalía y dejó aplazada la decisión de imponer o no la medida de aseguramiento intramural solicitada por la Fiscalía.

No se explican las autoridades en Barranquilla cómo se encontraba en libertad esta joven, quien está cobijada con medida de detención domiciliaria en Tuluá, Valle del Cauca, por un proceso que se le sigue por el delito de porte de estupefacientes.

Pese a estar asegurada en su domicilio, viajó a la capital del Atlántico el 17 de junio de este año, a seguir delinquiendo.