Maira Ospino llora la muerte de su hija en los brazos de su esposo, Jorge Peña.
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‘Qué Dios te tenga en su gloria’, dijeron los homicidas a Valery tras violarla y apuñalarla

Maira Ospina, mamá de Valery, hace un dramático relato de lo que habló con su hija después del ataque.

Maira Ospino es una mujer valiente. En su interior lleva un calendario mental con el que cuenta los días desde que su vida se partió en dos cuando su hija, Valery Peña, una adolescente de 15 años, fue víctima de un horrendo ataque cuando se dirigía hacia su casa.

Hoy ya ha pasado un mes y tres días desde aquel sábado 17 de octubre en que dos personas la interceptaron en el camino que lleva hacia el corregimiento de Belén (jurisdicción de El Banco, Magdalena), la bajaron de la moto en que se movilizaba, la internaron en una zona enmontada, la violaron cruelmente y la apuñalaron nueve veces con unas tijeras; a Valery le hicieron otras cosas horribles que Maira no quisiera recordar.

Hoy también han pasado 8 días desde que esta joven -que apenas comenzaba a vivir la vida- no soportó las heridas y perdió la batalla contra la muerte. Y también hace cinco días, Maira, rodeada por cientos de personas conmovidas por su tragedia, despidió a la menor sepultándola en el cementerio.

Pese a todo, la señora Maira habla con templanza. Su voz no se resquebraja cuando rememora el padecimiento de su hija, porque –confiesa– siente que debe honrar la valentía de ella, que sobrevivió a los abusos haciéndose la muerta y alcanzó a reconocer, con plena consciencia, a uno de sus agresores.

Por $500 mil la mataron

El 17 de octubre, Maira estaba metida de lleno en el cierre de la campaña electoral del candidato Jaisín Fernández, quien aspiraba a la alcaldía de El Banco. Su misión aquel día era reunir a la mayor cantidad de adeptos al candidato en el corregimiento de Belén y acompañarlos al evento proselitista en la cabecera municipal.

Por eso cuando su hija la llamó por teléfono concluyeron que la mejor opción era que Valery condujera en su moto desde el colegio –la IED José Benito Barros– hasta el corregimiento. Allá se encontrarían y se irían juntas con la caravana de regreso hacia el municipio. Pero Valery nunca llegó.

Fue precisamente en ese trayecto, alrededor del mediodía, en donde Valery fue interceptada por dos personas, que la internaron en una propiedad privada enmontada y abusaron sexualmente de ella, antes de apuñalarla en varias ocasiones con una tijera buscando quitarle la vida.

Trayecto entre la carretera principal y el corregimiento de Belén, en el que fue atacada Valery.

“Un sobrino mío, Luis Diego, se la encuentra cuando (Valery) sale del monte. La encuentra y ella lo llama, ella le pidió ayuda”, rememora Maira.  El primo de Valery es quien le ayuda a salir a la carretera, y allí se encuentran a Ediel Toloza, quien finalmente la conduce en su moto hasta una clínica para ser atendida de emergencia.

“Luis Diego me vino a buscar y me dijo: tía, Valery se accidentó. Cuando llego a El Banco, el médico es quien me dice todo”, prosigue.

Cuando Maira llegó al hospital y pudo hablar con su hija, se enteró de la cruda realidad. De labios de su propia hija, la mujer conoció cómo fue brutalmente atacada con sevicia. Según cuenta Maira, su hija le contó detalles aterradores:

“Valery me contó que dos personas abusaron de ella, uno de ellos dijo que era alias Cherry. A mí me mandan una foto al celular (del presunto atacante) y yo enseguida le dije: ¿es este? Ella me lo señaló enseguida, enseguidita”.

El hombre que le señaló Valery fue José Fernando López Viloria, a quien le libraron orden de captura tres días después, y quien desde entonces se encuentra prófugo de la justicia –posiblemente en una ciudad de clima frío– pues en su Facebook publicó una foto en la que aparece con ropa para frío y una cerveza Póker en la mano.  

Diez días después del crimen contra Valery, José Fernando López publicó esta foto en su nuevo perfil de Facebook.

“La niña me dijo que cuando le hicieron lo que le hicieron, creían que estaba muerta. Ella se hizo pasar por muerta, pero ellos pateaban a mi niña, y dijeron estas palabras: Qué Dios te tenga en su santa gloria, ya el trabajo quedó hecho por 500 mil pesos.

Esa frase es la que le da la certeza a la señora Maira de que a su hija alguien le quiso hacer daño. Un daño que se maximizó por las manos de dos hombres que –a sangre fría– arrastraron hasta la muerte a su hija, y cuyo crimen solo podrá ser esclarecido cuando las autoridades capturen al violador al que la propia Valery  -aún con vida- pudo identificar.

Este viernes por la tarde, los habitantes de El Banco salieron en una marcha pacífica para clamar por justicia y que las autoridades capturen a los autores de este crimen. 

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