Momento en que ocurrió la balacera.
Momento en que ocurrió la balacera.
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Tomada del video.

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¿Pudo salvarse el escolta?: Video de fleteo en Santa Marta fue analizado por experto

Active Self Protection, famosa compañía de defensa personal, analizó el caso.

El pasado 26 de enero se presentó en el centro comercial Prado Plaza, en Santa Marta, un hecho en donde resultaron muertos un escolta y un delincuente.

Humberto Neira Picón, escolta, perdió la vida en medio de un tiroteo con Edwin Bolaños, quien pretendía robarle 12 millones de pesos en efectivo que llevaba en ese momento.

El hecho se dio a eso de las tres de la tarde, cuando el escolta iba ingresando a una de las oficinas de la empresa donde laboraba y fue interceptado por el hombre. Acto seguido inició el intercambio de disparos que los dejó a ambos sin vida en el lugar de los hechos.

Este suceso fue analizado recientemente por Jhon Correia, de Active Self Protection, una famosa compañía de defensa personal.

A través de un video publicado en Youtube el hombre indicó, en principio, que cuando se hacen movimientos de altas sumas de dinero es recomendable acudir a la tecnología, con el fin de mantenerse a salvo de llevar grandes cantidades en efectivo.

Asimismo, Correia sostuvo que, en el caso puntual del escolta, este pudo usar las escaleras en lugar de esperar por cierto lapso a que el ascensor llegara y abriera sus puertas; no obstante, acotó que no siempre se pueden prevenir hechos de esta magnitud.

El experto en seguridad personal indica que en el momento en que el delincuente aborda al escolta y lo despoja del morral donde llevaba el dinero, este tenía sus ojos y su pistola apuntando al escolta; por tanto, el acompañante del trabajador de seguridad podría haber intervenido, en caso que estuviera armado, puesto que el delincuente no tenía centrada su atención en él.

“Tiene 1.5 segundos para el primer tiro hacia el delincuente y termina con la amenaza. Él era el que debía haber disparado porque sus ojos (los del atracador) no estaban en él”, dice Correia, refiriéndose a lo que pudo hacer el acompañante del escolta.

Correia prosigue e indica que el escolta asesinado, para evitar ese trágico desenlace, pudo haber dado un paso al costado o tal vez puesto las manos arriba en señal que no querría problemas y luego habría podido intentar desarmar al atracador.

“Tal vez hubiera sido la única forma en que hubiera conseguido estar bien”, señala.

“En lugar de eso saca su arma, está lesionado y también le dispara al hombre”, añade, haciendo alusión al momento en que el escolta, tras ser baleado, se defiende y detona su arma contra el atracador.

Finaliza diciendo que desearía que el escolta no hubiera sacado su arma “porque eso genera un resultado negativo y este (la muerte del escolta) es un resultado negativo”.

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