Luis Enrique Escobar Morales tenía la costumbre de salir alrededor de las 8 y 9 de la mañana de su casa para dedicarse a la labor que por más de 40 años hacía: ser taxista. 

Ayer domingo, como de costumbre, salió a realizar carreras  durante el día, pero volvió a la casa y cuando se reposó decidió hacer otros servicios.

“Le dijo a la mujer que iba hacer otras carreras hasta las 10 de la noche y a esa hora fue que sucedieron los hechos”, dijo Óscar William Celin Sierra, cuñado de la víctima.

El taxista tomó una carrera y llegando al barrio Kalamary lo atracaron y balearon. 

“Él cogió una carrera, no se sabe dónde, hacia el barrio Kalamary y cuando iban llegando a un arroyo por allí cerca lo hicieron seguir hasta allí. Después que lo atracaron le propinaron dos impactos de arma de fuego”, contó el cuñado.

Los antisociales lo dejaron malherido, pero como el taxista residía cerca alcanzó a manejar el vehículo hasta su vivienda. 

“Alcanzó a llegar a donde la señora con quien él vivia, quien reside a tres cuadras, Le dijo: mija, me atracaron, y cuando le termina decir las palabras le cayó encima”, contó el cuñado.

El taxista, de 61 años, fue auxiliado por la compañera y un vigilante del barrio. En el mismo taxi lo llevaron al Camino La Manga.

“Le prestaron los primeros auxilios y lo trasladaron al Hospital General de Barranquilla, donde fue sometido a una operación, pero sufrió dos infartos y falleció”, contó el familiar.

Su cuñado solo le pidió una cosa a la Policía.

“Que este crimen no quede impune, ya que yo también soy taxista y muchas veces somos víctimas de los atracadores y la Policía solo se dedica a pedir documentos a los conductores más no a los pasajeros para requisa”, puntualizó.

Luis Enrique Escobar dejó cuatro hijos, dos mujeres y dos hombres, todos mayores de edad. Era el mayor de cuatro hermanos y  natural de Sabanagrande, pero residía desde hace mucho tiempo en Barranquilla.