La fortaleza que demostró Martín Mestre durante casi 30 años no lo abandonó este viernes 12 de abril, cuando concedió una rueda de prensa donde entregó sus sentimientos después de tener la certeza de que el violador y asesino de su hija Nancy Mariana Mestre Vargas, Jaime Saade Cormane, iba a ser extraditado a Colombia desde Brasil.

Precisamente, la extradición fue un "vía crucis" para el padre de la joven asesinada el primero de enero de 1994.

"Fueron 26 años de búsqueda incesante, hasta 2020, cuando Interpol Colombia me dijo que al fin había sido capturado, pensé que era algo expedito, rápido, que enseguida lo iban a mandar para que cumpliera su pena", recordó Mestre, quien durante la rueda de prensa estuvo acompañado por su hijo, Martín Mestre; la mamá de Nancy, Nancy Vargas, el hijo del abogado Raúl Romero del Río, y el abogado y amigo de Martín Mestre, Fausto Muñoz Vidal.

"Ahí empezó un vía crucis en nuestra vida, no imaginábamos todo el proceso que venía", contó Martín Mestre.

El papá, quien rechazó ser un héroe, expresó que cuando el proceso dio con la resolución del Tribunal Supremo Federal de Brasil de que no podía darse la extradición de Saade Cormane "no encontraba qué camino seguir". Dos magistrados votaron a favor, dos en contra y uno no votó por estar incapacitado.

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El deseo de que se hiciera justicia para su hija estaba más vivo que nunca, pero la realidad parecía una pared imposible de superar para Mestre, quien encontró una mano amiga cuando más lo necesitó. 

Margarita Sánchez, abogada y quien era amiga de Nancy Mestre en el colegio, tocó las puertas del papá y empezaron un proceso legal para lograr revertir la situación de Saade Cormane ante la justicia brasileña.

“Me dediqué junto con el doctor Ricardo Bustamante y el doctor Fausto Muñoz a preparar oficios para enviarlos a distintas entidades del Gobierno Nacional y de Brasil, para que pudieran ayudarnos con el Tribunal para obtener la extradición, hasta tradujimos los oficios al portugués. Margarita me dijo ‘hay una ventanita’ para apelar el fallo y así fue”, contó el hombre que hoy tiene 81 años.

Con viajes incluidos a Brasil, y después de muchos intentos, el Tribunal al fin dio vía libre para que Saade llegara a Colombia, pero con dos condiciones: de que el estupro (acceso carnal violento) no fuera tenido en cuenta y que se considerara su tiempo capturado en Brasil como parte del cumplimiento de la pena de 24 años.

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El abogado Romero Del Río destacó que la justicia colombiana, teniendo en cuenta que los tratados son de obligatorio cumplimiento, acató lo estipulado por el Tribunal de Brasil.

“El juez está obligado a acatar porque somos los que hicimos el requerimiento”, señaló el defensor de los intereses de la familia Mestre. 

La familia Mestre no solo logró justicia, sino que considera que sentó varios precedentes con el caso de su hija: el primero es que logró que se revirtiera un fallo del Tribunal Supremo en Brasil en un caso de extradición por primera vez en la historia y el segundo: “un feminicidio no prescribe”.