La familia de Johana Lisbeth Montañez De la Cruz está sumida en el dolor y la tristeza. Precisa que la guaya que la electrocutó en la noche del lunes en la calle 74C con carrera 24C, barrio Carlos Meisel, se había caído durante el mes de agosto como en tres ocasiones. 

“Ella iba con la hija y el esposo cuando la guaya se vino al suelo y la tocó a ella. El esposo le dio a la niña a un vecino y con un palo de escoba trataron de quitarle el cable de encima”, relató un familiar.

Cuando ya lograron quitarle el cable, la mujer fue llevada al Camino La Manga, pero ya estaba sin signos vitales. 

Los allegados exigen respuestas a Electricaribe por un problema, según indican vecinos, ya habían reportado para precisamente evitar una tragedia como esta. 

Por este incidente, la empresa Electricaribe por el momento no se ha pronunciado. 

No es la primera vez que un hecho como este ocurre en el Atlántico. En mayo del 2014 otra mujer identificada como Noemí Escorcia Charris, de 61 años, murió tras tocar de manera accidental un cable energizado que estaba colgado sobre la acera, en la carrera 21B con calle 71, barrio El Valle de Barranquilla.

Igualmente, en noviembre del 2015 otra mujer murió en iguales circunstancias. Se trataba de Olga María Torregrosa Ortega, quien falleció tras caerle encima un cable de energía en la calle 54 con carrera 11, barrio Ciudadela Metropolitana de Soledad. 

Por último, el 4 de noviembre del 2017 otro cable de alta tensión mató a dos adolescentes en la diagonal 51A con carrera 16, barrio Villa Lozano de Soledad. Allí murieron Joandry Andrea Ochoa Rocha y Karina Isabel Miranda González, ambas de 14 años.