Al mediodía de este martes, en el cementerio municipal de Sabanalarga, Atlántico, fue sepultado el cuerpo del joven Cristopher Blanco Vásquez, el cadete de 18 años fallecido 20 días después de incorporarse a la Escuela Militar, José María Córdova.

Su sueño estaba en la aviación del Ejército. "Primero terminar su carrera de oficial, luego dos años en terreno y luego ser piloto”, contó Lady Vásquez, madre del joven.

Su progenitora lo califica como “una persona excepcional, un hijo maravilloso, nada de baile ni de tragos”.

En medio del dolor, tras el sepelio, la madre de Cristopher recuerda que el martes 30 de enero, en un chat de WhatsApp la novia del joven fue quien le comentó que  “lo iban a llevar al dispensario” al presentar malestares.

En efecto, el cadete  tenía mareo y hasta fiebre. Esos primeros síntomas, el joven que aún no cumplía un mes en la Escuela Militar,  no los quiso comunicar a su señora madre para no preocuparla. Por ello, Lady se comunicó con su hijo en horas de la noche vía WhatsApp.

“Cuando ya en la noche hablé con él, me escribió. Yo le pregunté hijo por qué no me había dicho qué se sentía. Me respondió: “Mamá no quería preocuparla””. 

Luego, cuando ella le indagó que si se había tomado los medicamentos, “me dijo no mamá allá me dieron la atención médica, pero los medicamentos me toca compararlos porque allá me dijeron que ya yo no tenía salud porque había cumplido los 18 años y no tenía salud por medio de mi papá".

En efecto, antes de cumplir la mayoría de edad, Cristopher era beneficiario de su papá quien es sargento viceprimero del Ejército.

"Así no haya tenido la seguridad social de mi esposo creo que yo al momento de entregarlo a la Escuela, la seguridad de mi hijo corría totalmente por ellos. Por medio de la Escuela. Tengo constancia de que los medicamentos que le mandaron se los pagamos nosotros porque una compañera me hizo el favor de comprarlos y yo le envié el dinero. Me dijo mamá me toca compararlos”.

Después del martes 30, Christopher volvió a escribirle a su madre y a llamarla el jueves 1o. de febrero en la noche. “El sábado a las 2 y 42 de la tarde fue la última vez que mi hijo me escribió".

"Me dijo mamá ayer tenía fiebre pero me puse una inyección y se me pasó. El jueves cuando me hizo una llamada y yo le escuché la voz aguda. Me dijo mamá es que ayer me hicieron una prueba física. Como que me cayó mal el agua de la piscina porque tengo la garganta bastante inflamada”.

¿Eso quiere decir que nunca cesaron los entrenamientos?, le preguntamos:

"Yo digo que no. Pues si hubiera sido así, hoy no estuviéramos viviendo esta situación con mi hijo”, respondió.

En medio del dolor, pese a que nunca había tenido una queja de la institución en la que también está su esposo, Lady, cuestiona que en el caso de su hijo Cristopher,  "a mi el Ejército en ningún momento me informó nada de haberlo llevado al dispensario ni nada. En ningún momento. Yo la única llamada que recibí del Ejército fue el sábado 3 de febrero a las 7 de la noche para que me trasladara a Bogotá porque habían llevado a mi hijo grave al Hospital Militar".

Y como Lady vive en Melgar, Tolima, emprendió de inmediato viaje a Bogotá, pero “antes de llegar al Terminal del Sur nos llamaron que mi hijo ya había fallecido"

"Cuando llegué a Bogotá ya mi hijo estaba muerto. No me lo dejaron ver. Que ya no lo podía ver. Lo único que me dijo la doctora es que la causa de la muerte de mi hijo era la influenza que le había provocado una neumonía. Me dijo que se le hizo prueba de Covid y no falleció de Covid porque salió negativo".

De Cristopher, a Lady le quedan los recuerdos de los tres domingos que pasaron después de su incorporación al Ejército (14, 21 y 28 de enero). En esos días lo visitó religiosamente.

Lady pidió finalmente "que se aclare” la muerte de su hijo y siente “que no le brindaron la atención necesaria”. ¿"Por qué esperaron que mi hijo presentara esos síntomas tan graves para llevarlo al hospital militar”?