Jessica Lopera se había dado a conocer en Barranquilla porque cuando la capturaron, el pasado 14 de mayo, sonrió con tranquilidad mientras le tomaban la foto de rigor. Ella, junto a otra mujer y un hombre habían robado a un taxista en el barrio Chiquinquirá. Por eso, cuando, según la versión de la Policía, le disparó por la espalda a su novio,  John Mario Álvarez Giraldo, en medio de una discusión, la opinión pública la reconoció fácilmente. 

Apenas le disparó, en la mañana del domingo 19 de junio, Jessica se arrepintió de su incontrolable reacción y llamó rápidamente a sus amigos para que la auxiliaran para tratar de salvar a su novio, quien hoy se encuentra en delicado estado de salud en la clínica Campbell. 

Ese remordimiento de Jessica también lo hizo visible a través de su cuenta de Facebook, a la cual le cambió el nombre desde que permaneció detenida por tres días hasta que un juez decidió dejarla en libertad “por no presentar antecedentes judiciales y no representar peligro para la sociedad”.

A las 12:32 p.m., poco más de tres horas luego de haberle disparado a John Mario, Jessica escribió en su perfil de Facebook: (SIC)"Dios no me lo quites... Eso es lo mejor que me apasado. Maltida sea mi vida". 

Pero el post que alertó a sus amigos cercanos fue el que publicó el lunes por la tarde, un día después de dispararle a su novio: 

(SIC) "Ojala me rrecuerdn x lo bueno y no x lo malo.....
Me duele Dejar a mi hija....
Pero así les quito un peso de enzima a muchos...
Perdón fui cobarde ....no aguente mas.....
Teamo hija.... Perdonme x todo"

Lo que pareció ser una nota suicida finalmente no conllevó ninguna tragedia, pues el martes por la noche, Jessica publicó algunas fotos en su Facebook.