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Tomada de Pulso.

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Denuncian a falso sacerdote que pedía dinero para ‘bendecir’ locales comerciales

Actuaba en el Centro de Cali y decía que era párroco en el Barrio Obrero.

“De todo hay en la viña del Señor”. La frase de sentido religioso y aplicada en diversas manifestaciones de la vida para expresar la condición y naturaleza de alguna gente, tuvo una exacta aplicación en la ciudad de Cali, donde fue denunciado un falso sacerdote que repartía “bendiciones”  y “riegos de agua bendita” a negocios del Centro de la ciudad, a cambio de una buena retribución económica.

Vestido con toda la indumentaria sacerdotal que mandan los cánones de la Iglesia Católica: sotana impecable, estola, cíngulo, su respectivo misal, e incluso, acompañado de un muchachito, una especie de “monaguillo” que lo ayudaba a llevar el “agua bendita”, el supuesto cura ofrecía las “gracias sagradas” de local en local, de almacén en almacén, para “que hubiese prosperidad y abundancia en los negocios”.

El impostor utilizaba un lenguaje fluido, cargado de un verbo con mucho sentido religioso, propio de los sacerdotes, y aseguraba entre los comerciantes que estaba en una misión de recoger recursos con destino a la parroquia del Barrio Obrero de Cali y sus obras sociales.

Ninguno de los propietarios de negocios llegó a dudar del hombre de la sotana, que lucía además un brillante crucifijo en el pecho, por el contrario, lo recomendaban en otros establecimientos de amigos, simples colegas o de familiares.

La trama se le acabó cuando en el mejor momento de su representación, mientras decía que era el párroco de la iglesia de Barrio Obrero y se disponía a impartir una bendición más con su respectivo sobre con la limosna, un feligrés de ese sector popular de Cali llegó al sitio y lo desmintió, pues afirmó ser un asiduo colaborador de la parroquia y amigo del cura.

El farsante trató de confrontar a la persona, pero al verse totalmente descubierto, se agarró la sotana y salió caminando a toda prisa del lugar, mientras miraba hacia atrás seguido del fiel monaguillo.

La Arquidiócesis de Cali fue informada del hecho, y de inmediato expidió un comunicado alertando al comercio y a la comunidad de que ninguna parroquia de la ciudad realiza prácticas como la denunciada.

El embaucador venía realizando esta actividad desde hacía un mes aproximadamente, y se valió para su maniobra de que en el Barrio Obrero hubo cambio de sacerdote de la parroquia.

La Policía también fue alertada de la presencia del falso cura, que estaría utilizando la religión y la fe de la gente para obtener dividendos.

 

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