Francisco Barbosa, Fiscal General de la Nación.
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Fiscalía General de la Nación.

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14 capturados por fabricar licor adulterado: lo enviaban a varias ciudades, entre estas Barranquilla

Hubo 30 diligencias de allanamiento en Bogotá.

En 30 diligencias de registro y allanamiento realizadas en las localidades de Kennedy, Bosa, Tunjuelito, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, Antonio Nariño, Puente Aranda, Teusaquillo y Suba, en Bogotá; y en Soacha (Cundinamarca), investigadores del CTI pusieron en evidencia a una industria criminal dedicada a la falsificación y elaboración artesanal e insalubre de bebidas embriagantes nacionales e importadas.

Durante los procedimientos se incautaron 60 toneladas de insumos, entre sellos, etiquetas, tapas, dosificadores, cajas, cerca de 300.000 botellas, alcohol y otras sustancias líquidas utilizadas en el proceso ilegal; además de productos que, sin serlo, fueron rotulados como vinos, aperitivos, champañas, whisky, ron, vodka y aguardiente, y estaban empacados y listos para ser vendidos durante las festividades de diciembre.

Los señalados responsables de este engaño pertenecerían a una misma red. 14 personas fueron capturadas, algunos son gerentes y directivos de cuatro empresas legalmente constituidas, cuya actividad económica es la venta de licores. Está acreditado que presuntamente servían de fachada, y distribuían bebidas originales y adulteradas en Bogotá, Cali, Medellín, Cúcuta, Barranquilla y ciudades del Eje Cafetero.

Un fiscal presentó a los detenidos ante un juez de control de garantías y les imputará los delitos de concierto para delinquir, usurpación de derechos de propiedad industrial, y corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico.

En un año de investigaciones se estableció que la organización no estaba jerarquizada. Entre los supuestos integrantes se colaboraban y asistían.

Algunos, al parecer, manejaban centros de reciclaje en los que se compraban botellas de licores con etiquetas o dosificadores en buen estado, muchas de ellas llegaban de otros puntos del país y de la ciudad fronteriza de Tulcán (Ecuador). Estos elementos eran sometidos a un proceso de lavado, en el que se reutilizaban agua, jabón, desinfectantes o blanqueadores en condiciones pésimas de higiene.

De otra parte, en casas de familia presuntamente se preparaban las bebidas en alambiques artesanales y mediante la mezcla indiscriminada de alcohol y diversos componentes, sin ninguna medida de salubridad.

Hay indicios de que en las fábricas de las empresas que estarían vinculadas al ilícito también se hacía la fase de destilación de las bebidas, pero de una manera industrial y a gran escala.

El material probatorio da cuenta de que las cajas con diversas variedades de licores eran vendidas a discotecas, tiendas de barrio y establecimientos nocturnos. En algunos casos, las entregas se hacían en vehículos que simulaban el transporte de huevos. Así intentaban evadir los controles de las autoridades.

*Con información de la Fiscalía General de la Nación. 

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