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La determinación del  nivel de riesgo en un paciente es muy importante para el médico.
La determinación del nivel de riesgo en un paciente es muy importante para el médico.
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Clarin

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Unos comentarios acerca del riesgo cardiovascular y la importancia de su adecuado control

La clave entonces es en principio, evitar o retardar la aparición del riesgo.

Todos hemos escuchado la frase “tiene el riesgo cardiovascular alto”, sin embargo muchos no nos podemos poner en el contexto real del concepto porque no lo tenemos claro o sencillamente no nos lo han explicado bien.

Obtener cuál es el nivel de riesgo cardiovascular de una persona, nos permite establecer la probabilidad que esa persona tiene de presentar un evento cardiovascular llámese, infarto del miocardio, infarto cerebral, daño cardiaco, afección renal, etc. etc. en los próximos 10 años.  “Usted tiene un riesgo cardiovascular muy alto, en los próximos 10 años usted tiene una probabilidad del 20% de presentar un infarto del miocardio u otra afección cardiovascular”.

Así lo ayudan a determinar  con mucha probabilidad de certeza muchos sistemas de fórmulas y “tablas” específicas para estos menesteres  de las que disponen todos los médicos. La mayoría de las enfermedades que incrementan el riesgo cardiovascular son muy conocidas y frecuentes, tales como la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia, la obesidad y otras más… existen también factores de riesgo de origen familiar (uno muy importante es el tener familiares cercanos que hayan muerto súbitamente  en relación a estas enfermedades a edades tempranas, hipercolesterolemia familiar etc.) y otros relacionados con malos hábitos (Tabaquismo, malos hábitos en la alimentación) etc. Otros…

La clave entonces es en principio, evitar o retardar la aparición del riesgo o si no es posible, entonces controlarlo para evitar que produzca daños en el sistema cardiovascular (Corazón, arterias, órganos etc.) Prevención (cuando la enfermedad no se ha expresado aun) y tratamiento (cuando la enfermedad ya está presente).

Los estudios  han demostrado, que la detección temprana del riesgo, por ejemplo de la hipertensión, su tratamiento adecuado y el llevar sus cifras de presión arterial a unas cifras “normales” o previamente establecidas, logra disminuir el impacto de ésta sobre el sistema cardiovascular disminuyendo importantemente la probabilidad de infartos, insuficiencia cardiaca y trombosis. Lo mismo sucede con los otros factores de riesgo.

“Culturalmente”, tenemos la tendencia a reconocer la enfermedad por la presencia de síntomas o signos en nuestro cuerpo, sin embargo, la mayoría de estas enfermedades como la hipertensión, la diabetes y la hipercolesterolemia inicialmente pueden no producir síntomas “enemigos silenciosos”, lo cual dificulta la aceptación temprana de la enfermedad por parte del paciente y el inicio del tratamiento en el momento óptimo, algunos deben esperar a que aparezca un daño o un malestar para aceptar el tratamiento.

Una vez que la enfermedad ha logrado dañar o modificar el sistema arterial con la aparición de placas de ateromas en su interior, por el engrosamiento y rigidez de sus paredes etc., o sea una vez instaurada  la enfermedad ateroesclerótica, su progresión es generalmente inexorable y el tratamiento será menos exitosos entre más tardíamente o inadecuadamente sea aplicado.

Solo leer esto es muy preocupante:

“La presión arterial alta es la causa principal de muerte y años de vida ajustados por discapacidad en todo el mundo”

“Más del 50% de las muertes por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular ocurrieron en personas con hipertensión”

“El 25% de los eventos cardiovasculares (como enfermedad coronaria, revascularización coronaria, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca) fueron atribuibles a la hipertensión”

“Con las nuevas cifras para diagnosticar la hipertensión arterial recientemente establecidas por varias importantes sociedades científicas de los Estados unidos de América, aproximadamente  el 46% de los adultos, tendrán algún grado de hipertensión diagnosticado o no.”

A más factores de riesgo y enfermedad cardiovascular que tengamos, la probabilidad de eventos cardiovasculares será mayores. El solo hecho de ser diabético le da a la persona  de 2 a 3 veces más posibilidades de tener un infarto del miocardio que una persona no diabética.

La determinación del  nivel de riesgo en un paciente es muy importante para el médico, ya que  con este, él establecerá el tipo e intensidad del tratamiento, la frecuencia de los controles y le podrá explicar la probabilidad de tener problemas, de igual forma la prioridad  de tomar el tratamiento farmacológico y los tipo de cambios de estilo de vida que debe tener el paciente.

Para lograr disminuir la probabilidad de complicaciones como el infarto, la trombosis etc. en un paciente con varios factores de riesgo ya establecidos, hay que lograr controlar “globalmente” el riesgo, o sea, llevar todos sus factores de riesgo a un control de metas ya especificado para cada una de las enfermedades, así como en hipertensión, la meta de presión arterial es tanto, en diabetes, la glicemia  es de tanto, la hemoglobina glicosilada de tanto, en la obesidad etc. etc.,, estas metas las establecerá el medico de acuerdo a sus características y nivel de riesgo.

La permanencia constante en estas metas, se constituye en el elemento clave para disminuir el riesgo. Recordemos que no solo es tomar medicamentos  cambiar mi estilo de vida y “sentirse bien", el objetivo del tratamiento es “Efectuar el tratamiento, sentirse bien y…. estar en las metas establecidas con el medico” . Solo “sentirse bien” no garantiza un buen pronóstico… hay que estar en metas…Mientras más demoremos en alcanzar y permanecer en las metas establecidas para el control de cada factor de riesgo, el pronóstico será menos bueno.

Estudios en población general hipertensa, mostraron que aproximadamente solo el 30 al 35% de los pacientes toma la medicación para la presión arterial en forma completa y permanente de acuerdo a las indicaciones médicas.

El término “empoderamiento del paciente” lo hemos utilizado para definir la entereza  con la que el paciente maneja su enfermedad de acuerdo a  las instrucciones y orientación de su médico y su equipo de salud; si bien es cierto que el paciente debe inicialmente discutir con ellos su tratamiento, buscando lo que mejor le convenga de acuerdo a la realidad planteada y sus posibilidades, también es cierto que una vez decidido, hay que empoderarse, hay que cumplirlo y sostenerlo. Es el paciente el que efectúa el tratamiento.

La clave del éxito en el control del riesgo, lo volvemos a repetir esta en la perseverancia y el sostenimiento de las metas establecidas.

Importante entonces, la confianza en la relación   “Médico – Paciente”. El paciente no debe tener dudas en relación al tratamiento.

Hay que estar sincronizados con el medico en el tratamiento, debemos entender el medicamento y lograr la confianza en lo que estamos haciendo ya que estos tratamientos generalmente son para toda la vida, hay que lograr ver  al tratamiento como una oportunidad de vivir mejor y más tiempo. “El medicamento es mi amigo, la enfermedad es mi enemigo”, no es agradable tomar medicación toda la vida, pero en la mayoría de estos casos, por lo menos con la evidencia actual bajo este tipo de ciencia, es lo mejor que podemos hacer.

Sabe usted cuál es la  clasificación de su riesgo cardiovascular? Tienes tu médico de confianza? pregúntele.

Ayudémonos a vivir mejor los años que tengamos dispuestos para la vida.

Dr. Antonio Mattar Fraija
Médico internista – B/quilla

 

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