El asunto no es ver las etiquetas sino saber qué comer.
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Centro de Nutrición

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Ojo con su salud: Lea las etiquetas de los productos y encuentre la trampa

"El plato del buen comer" es un ejercicio para todos.

Las empresas de la industria alimentaria ocultan de manera intencional información valiosa para la salud en sus etiquetados para impedir la reducción de sus ventas, afirmó el Jorge Soriano Santos, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y experto en Biotecnología.

"La trampa consiste en presentar solo los porcentajes de azúcares, sodio y grasas que contienen, pero omiten el daño que su consumo causa a la salud de las personas", indicó.

El especialista advirtió que, además, usan los términos caloría y kilocaloría sin diferenciar que el segundo equivale a 1.000 calorías, "por lo que si la gente conociera esa información lo pensaría dos veces antes de consumir determinados productos".

Durante la conferencia "El plato del buen comer", el especialista recordó que la forma en que el Gobierno busca resolver el problema relacionado con la obesidad y el sobrepeso fue la modificación a la norma Nom-043-SSA2-2005, relacionada con los servicios básicos de promoción y educación para la salud alimentaria.

La norma incluye el concepto "plato del buen comer", que pretende promover una dieta correcta para toda la población y debe combinar los alimentos que aporten los nutrimentos necesarios al organismo para prevenir enfermedades y evitar poner en riesgo la vida.

El programa establece que para tener una buena alimentación es necesario consumir "frutas y verduras en grandes cantidades; cereales lo necesario, y leguminosas y productos de origen animal en pocas dosis".

"Sin embargo el problema de esta división es que es subjetiva y lo que es mucho para algunos puede ser poco para otros y viceversa",
señaló el experto.

Para evitar esa confusión el doctor Soriano sugirió que la ingesta diaria recomendada para una persona adulta es de 2.000 kilocalorías que no deben consumirse en un solo tipo de alimento.

Su recomendación es que se consuman tres porciones de frutas y tres de verduras; ocho de cereales, preferentemente integrales y de granos enteros; dos de leguminosas; tres porciones de origen animal con bajo contenido graso, y dos de lácteos, de preferencia leche reducida en grasa y deslactosada.

Del mismo modo, se deben consumir de tres a ocho vasos de agua simple, dos raciones de azúcares que no rebasen el 10 % del requerimiento calórico y cinco medidas de grasa.



Si bien mantener una dieta que se ajuste a esos parámetros diariamente resulta complicado, Soriano dijo que hacerlo una costumbre podrá mejorar la calidad de vida de las personas.

"Especialmente si se inculca desde la infancia, pues un gran porcentaje de los pacientes graves que llegan de urgencia a los hospitales padecen desórdenes alimenticios", finalizó.

EFE
 

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