El Colegio Mayor de Barranquilla, una institución educativa de 90 años de tradición, atraviesa su peor crisis.

Se cae a pedazos y los estamentos exigen una reconstrucción. Por las precarias condiciones locativas, estudiantes siguen en alternancia, "como si estuviéramos en confinamiento".

Hoy "cansados", como aseguran, iniciaron una serie de protestas "para que el Alcalde Jaime Pumarejo nos escuche". Aseguran que se cansaron de promesas e intermediarios, dijo una profesora que tomó la vocería.

Cuestionan que después de más de dos años no se hayan atendido las condiciones locativas de la institución que presenta unas precarias condiciones de infraestructura.

Inicialmente, protestaron frente al colegio y hacia las 8 de la mañana, la comunidad educativa se trasladó a la Murillo.

Lydia Noguera, rectora, recordó que los reclamos al Distrito vienen desde el año 2014. El colegio "ha colapsado, la estructura está completamente en riesgo de desmoronarse y la comunidad viene esperando que la Alcaldía y la Secretaría de Educación, nos arregle el Colegio y hasta la fecha, eso no se ha podido dar".

Indicó que pese a que este año la mayoría de colegios ha regresado a la presencialidad, "le hicieron algunas adecuaciones en una ventana para luego arreglarlo en forma definitiva".

En esas estaba el colegio se determinó que definitivamente tenían que ser trasladadas a otro colegio, mientras llegaba el arreglo definitivo.

Para sorpresa de la rectora, "el viernes me llama una funcionaria de la Secretaría de Infraestructura, la señora Lenis Cuello, para informarme para hacer el traslado, porque se había caído el acuerdo".

Ante esto, "el Consejo Directivo y la comunidad educativa, decidió tomar esta vía de hecho, a ver si podemos llamar la atención del señor Alcalde y que nos dé una respuesta definitiva y seria para saber qué va a pasar".

El Colegio Mayor de Barranquilla alberga a una 900 estudiantes.