Esquina de la calle 60 con 46 donde construirán la subestación Estadio.
Esquina de la calle 60 con 46 donde construirán la subestación Estadio.
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José Granados

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No destraban conflicto: sin la subestación Estadio, sistema eléctrico seguirá inestable

Ubicada en el barrio Boston.

Por José Granados Fernández
Twitter: @JoseGranadosF


En un lado están, los vecinos del barrio Boston -calles 60 y 61 con carrera 46- quienes insisten en que la nueva subestación eléctrica Estadio les “afectará la salud” y “desvalorizará sus casas”; en el otro extremo, el Consorcio Constructor Atlántico afirma que “no hay riesgo” para las personas y que el impacto urbano “ni se notará” por la moderna tecnología y subterranización de cables que usarán.

Mientras este conflicto sigue sin resolverse, la construcción de esa nueva infraestructura, contratada por la Unidad de Planeación Minero Energética – UPME, sigue paralizada y está en riesgo todo el plan de protección y estabilización del sistema eléctrico de Barranquilla, calificado en 2015 como un “proyecto urgente”.

Después de tres intentos fallidos por procesos declarados desiertos, en 2020 al Consorcio Constructor Atlántico y a Energía de Colombia la UPME les adjudicó la construcción de las subestaciones Estadio y Nuevo Magdalena, de 110 kilovoltios; la ampliación de seis estaciones existentes, Termoflores, Las Flores, Centro, Oasis, Unión y El Río, y el montaje de siete líneas eléctricas subterráneas en una extensión de 24 kilómetros, la mayor en una ciudad en el país. El valor de la obra es de 140 millones de dólares, a precios de hoy 619 mil millones de pesos.

César Jaramillo, subgerente técnico del consorcio, en declaraciones a Emisora Atlántico y Zona Cero.com explicó que el proyecto general tiene como objetivo “reforzar y mejorar la calidad” del sistema eléctrico de Barranquilla con una “transmisión más estable y segura” entre las subestaciones.

Al quedar ubicada entre las subestaciones Centro y Oasis, la de Estadio le dará mayor protección el sistema eléctrico de toda la ciudad, en especial a los habitantes de una amplia zona aledaña a Boston; también servirá para evitar que los apagones se extiendan cuando haya fallas eléctricas, detalló Jaramillo.



Mientras la construcción de la subestación Nuevo Magdalena avanza sin contratiempos en La Chinita, por el conflicto existente la de Estadio tiene un retraso de 8 meses. ¿Qué pasa si no está lista el 30 de octubre de 2023, fecha en que la nueva infraestructura debe operar?



Ernesto Gaviria, presidente de la Junta de Acción Comunal de Boston, en diálogo telefónico con Emisora Atlántico y Zona Cero.com, dijo: “no nos oponemos al proyecto” y afirmó que “puede ser bueno para la ciudad, pero no para nosotros” por la desvalorización que, insistió, considera la comunidad sufrirán las casas y demás inmuebles del sector.

Por esa razón, Gaviria dice que “la Alcaldía debió oponerse a la construcción de la subestación en este sitio”.

Plano de las subestaciones Estadio y Nuevo Magdalena contratadas por la UPME.

Aunque los constructores afirman que Estadio será una instalación eléctrica moderna con tecnología GIS encapsulada, sin cables expuestos ni torres ni aisladores, y que todo estará dentro de una edificación con redes subterráneas, los vecinos aseguran que en el lote habrá un área que utilizará la empresa Air-e que sí instalará equipos que estarán visibles.

Otra preocupación de la comunidad tiene que ver con los efectos en la salud que las subestaciones eléctricas pueden causar con sus ondas electromagnéticas.

Al respecto, Andrés Molina, gerente de Energía de Colombia y del Consorcio Constructor Atlántico, negó tales afectaciones en la salud.

Sobre si existen o no riesgos por este tipo de instalaciones, quisimos conocer un concepto de la Secretaría Distrital de Salud, pero no hubo respuesta.

Como están las cosas, resolver el cortocircuito con la comunidad de Boston es más que urgente. Faltan 13 meses para que el proyecto que adjudicó la UPME entre a operar, pero hoy nadie sabe si el sistema eléctrico de Barranquilla, frágil y poco confiable al punto de que colapsa fácilmente hasta con las variaciones climáticas, será en octubre de 2023 más estable y seguro.

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