Ana Jiménez resultó visiblemente afectada por la golpiza
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Mototaxista atraca a mujer en Santa Marta y la golpea brutalmente por no tener plata

Para colmo, la mujer puso la denuncia en la Fiscalía y allá le dijeron que no podían hacer nada. Seguimiento.co habló con ella.

El pasado 30 de marzo a las 9:00 p.m., Ana Jiménez tomó una mototaxi en el barrio Bastidas y se dirigió a los Alcázares. Lo que esta mujer estaba lejos de imaginarse, era que al llegar a su destino, el conductor de la moto la iba a atracar intempestivamente, justo en el momento en que se bajaba del vehículo.

En declaraciones a Seguimiento.co (medio aliado de Zona Cero), la mujer relató que el mototaxista la dejó en el establecimiento de comidas rápidas Exterminio, sobre la avenida Santa Rita. Y cuando le pagó la carrera, el conductor le dijo que le diera todo lo que llevaba. Sin embargo, Ana apenas llevaba el dinero para pagar el servicio.

“Cuando le dije que no traía ni bolso ni teléfono él me dijo: no seas tan malparida y me pegó en el estómago”, añadió la víctima del hecho.

El atracador arremetió contra la mujer de manera brutal, dándole una golpieza hasta que la dejó inconsciente.

 “Dos hombres pasaron mientras me estaba golpeando el mototaxista, pero no hicieron nada, como que pensaron que era una pelea marital”, señaló Ana Jiménez, quien es una auxiliar de enfermería, de 24 años, y madre de una niña de 5.  

La víctima se dirigía a la casa de su novio cuando pasó el hecho. El muchacho, al ver que Ana no llegaba y tampoco contestaba el celular, decidió salir a buscarla y la encontró tendida en el suelo bañada en sangre, por lo que corrió en su auxilio y la llevó hacia la Clínica La Milagrosa.

“Cuando desperté me dolía mucho la cabeza y no podía abrir el ojo. Empecé a llorar del miedo. No me acordaba de nada”, afirmó Ana, a quien después de volver en sí le hicieron una tomografía que determinó que uno de los fuertes golpes que recibió le provocó el desprendimiento de la retina: ahora debe estar en control permanente para no perder la visibilidad del ojo.

Cuando le dieron de alta, Ana Jiménez decidió acudir hasta la Fiscalía a poner en conocimiento a las autoridades lo ocurrido, donde fue atendida -según ella- por un uniformado que le dijo que podía interponer la denuncia, pero que no se podía investigar el hecho por no existir una prueba contundente de la agresión.

La víctima no pudo ver el rostro de su agresor porque siempre lo mantuvo cubierto con el casco y tampoco recuerda las placas de la moto.

“Entonces yo para qué iba a poner denuncia si aquí no van hacer nada”, comentó Ana, quien además agregó que en la Fiscalía no la dejaron hablar con más nadie.  

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