
¡Milagro! Irina vio la luz al mundo tras primer experimento al aplicar toxina en pared abdominal fetal
El procedimiento médico se adelantó en la Clínica General del Norte.
Un grupo de seis médicos especialistas en distintas ramas, altamente entrenados, guiados a través de la ecografía y la endoscopia para mirar dentro del útero de una joven, logró un milagro que permitió darle vida a la pequeña Irina.
Miguel Parra, perinatólogo, y Cristóbal Abello, cirujano pediatra, encabezaron el exitoso procedimiento médico.
Es el primer caso en el mundo de relajación de la pared abdominal fetal con toxina botulínica para el manejo de un onfalocele gigante.
El oncefale es un defecto de nacimiento en la pared abdominal en el que los intestinos, el hígado u otros órganos del bebé salen del abdomen a través del ombligo. En el caso de Irene eran el hígado y parte de los intestinos, los órganos afectados.
Antes, y aún los es en el mundo, un defecto de alto riesgo y lo que se recomienda a las madres es abortar.
Fue en un control prenatal entre las semanas 11 y 14 cuando se diagnosticó el defecto: un onfalocele gigante que obligó a una junta médica. Se le informó a la familia y se propuso un nuevo tratamiento basado en la aplicación de toxina botulínica. Antes, se empleaba sólo en adultos y neonatos.
El médico Miguel Parra, médico perinatólogo, dijo que en efecto se “detectó que no se le había cerrado su pared abdominal y que a través de la región umbilical se proyectaba fuera, parte del hígado y del intestino, en medio de una membrana, lo que se llama onfalocele".
Fue por el diagnóstico de la bebé que los padres accedieron al procedimiento intrauterino de relajación de la pared abdominal por vía percutánea.
"El procedimiento de relajación fue intrauterino, una técnica mínimamente invasiva, percutánea guiada por ecografía", señaló.
Así las cosas, en la semana 36 de gestación, se practicó en la Clínica General del Norte la innovadora técnica, pues el pico del efecto se tendría tres semanas después de aplicar la toxina en los rectos abdominales y músculos transversos del abdomen fetal.
Dos semanas después, a la 38, la madre fue llevada a cesárea.
Irene nació con hepato onfalocele gigante reducido y al nacer se logró la reducción total. Posteriormente, a los 6 días, se logró el cierre quirúrgico y la recién nacida fue dada de alta al séptimo día para continuar en casa su nacimiento.
Hasta este martes, cuando fue presentado el avance científico en rueda de prensa, Irene ya tiene 33 días de nacida y su evolución es satisfactoria.