Por Cecilia De Alba Narváez, Comisaria de Familia

A propósito de la situación  familiar que está atravesando nuestro icono musical: Shakira; el tema de la infidelidad como causal de separación o divorcio, muchas veces se convierte en la raíz de conflictos personales dolorosos o traumáticos en la vida de los hijos, de estas parejas.

Las personas por naturaleza al relacionarse tienden lazos emocionales con el otro, y si es de tipo amoroso, el vínculo  en algunos casos genera una dependencia emocional que dificultad aceptar  “el olvido o desamor”,  o la terminación planteada por la otra parte  que decide dar rienda suelta a una nueva relación.

Lo ideal es que la pareja  no culpable, acepte que los seres humanos somos dinámicos, que cambiamos permanentemente en fisonomía y sentimientos; que dejar de amar no nos hace malas personas, es decir asumir sin rencores y  con “inteligencia emocional” la separación, especialmente si hay hijos.

Pero increíblemente en los conflictos familiares,  encontramos que un gran número de mal llamado(a)s víctimas, cuando descubren la infidelidad (y  aun aquellos que a  pesar de las infidelidades o del desamor recibido, se niegan a separarse), a la hora extrema y obligada del adiós,  actúan con gran rencor, conductas vengativas  y  hasta llegan a  incluir malsanamente a los hijos en sus conflictos de adultos. De aquí a la violencia psicológica y otros tipos de violencia familiar,  la línea divisoria es muy delgada.

En Colombia, la infidelidad jurídicamente conceptualizada como “relaciones sexuales extramatrimoniales”,  que incluye: “el conjunto de comportamientos que realizan al menos dos personas con el objetivo de dar o recibir placer sexual (infidelidad física), así como la ejecución de acciones que hagan deducir una relación en apariencia comprometedora, como el ejercicio indebido de besos, caricias o cualquier otro acto erótico proveniente de una persona diferente al cónyuge, que constituyan injuria grave, es decir, que de a entender que existe un vínculo más allá de una amistad (infidelidad moral)". El Tiempo, 2021

Si descubres la infidelidad, tienes dos caminos: luchar por recobrar el amor de la pareja, porque el divorcio y la separación debe ser la última salida, con ayuda de personas expertas (consejeros, psicología, etc) o de lo contrario acude a un abogado, y analizas como plantear la separación o el divorcio. 

La infidelidad se puede constituir por relaciones extramatrimoniales permanentes u ocasionales.  Preconstituir la prueba es realmente difícil porque el concepto está rodeado de carácter recóndito, tremendamente íntimo, y aportar pruebas fehacientemente violadoras de la intimidad de la situación, no podrían ser tomadas como tales ante un tribunal judicial, ya que sería darle vía a atacar otro derecho fundamental, cual es el de la Intimidad personal; esta causal puede acudir a la utilización de indicios que conduzcan al juzgador a presumirlas con claridad. T Barrozo, E Alvares.  2009

En Colombia no se reconoce  indemnización por el adulterio, pero si la posibilidad de disponer alimentos a cargo del cónyuge culpable en favor de la otra persona; siempre y cuando presente la demanda dentro del año siguiente al momento que tuvo conocimiento de la infidelidad.

Otras consecuencias patrimoniales para  la pareja infiel son:

-  El cónyuge inocente podrá revocar las donaciones que por causa del matrimonio le hubiese hecho al cónyuge culpable. (Devolver el coche, el rolex, etc).

-  Restablecer los bienes de la sociedad conyugal  que causó menoscabo por la infidelidad. (Donaciones, ventas, etc).

¿Qué pasa con los hijos, en estas separaciones o divorcios?

Es importante tener en cuenta que la infidelidad no influye para nada en las visitas,  custodia y cuidados de los hijos;  en estas decisiones judiciales lo fundamental es la idoneidad de los padres, las condiciones socio-familiares de cada padre, lo que manifiestan los hijos y solo se tendrá en cuenta la infidelidad si la nueva pareja asume conducta agresivas o de consumo de sustancias psicoactivas. El interés superior de los niños prima sobre los derechos de los padres, el cual debe ser investigado por un equipo de expertos, que fundamente la decisión del juez.

Lo ideal sería la custodia compartida, con padres capaces de mantener una comunicación respetuosa y hasta amistosa; pero en Colombia es poco lo que se ha avanzado culturalmente para lograr este tipo de decisiones.

 Expertos en el tema, aconsejan las siguientes pautas para padres que se separan:

1. Los padres deben dejar claro a sus hijos que ellos son los que se divorcian, pero los hijos no.

2.  Deben ayudar a los hijos a que entiendan que sus hábitos de vida van a cambiar y que tendrán que construir sus nuevas rutinas. Acostumbrarse a disponer de cada uno en casas y ocasiones distintas.

3.  Deben evitar sentimientos negativos,  comentarios despreciativos,   hacia su ex-pareja, no desautorizarlos. Esto genera confusión y rencor en los hijos.

4. Hay que aceptar y asumir la nueva realidad, no lamentar lo pasado. Los niños saben leer el rostro, los silencios y los sentimientos de sus padres.

5.  Deben hablar a los hijos sobre su separación sin dar demasiadas explicaciones y sin atribuir culpables. Que ellos puedan entender lo que está ocurriendo.

6. Estar  pendiente de los cambios de conducta de los hijos. Observar si algo ha cambiado en sus hábitos de alimentación, sueño, de estudio. Dialogar sobre el tema y buscar ayuda profesional si es necesario.

7.  Nada de discusiones frente a los hijos. Vivir enfrentado obliga a odiar y el odio no aporta nada a los niños.

8.   No  ejercer  presión en  los hijos, impidiéndoles, por ejemplo, que tengan algún tipo de relación con la nueva pareja de su ex pareja o hablarle mal del otro cónyugue. 

9.  Por nada del mundo se invente historias de abusos, maltratos infantil, para alejarlos del padre o madre (alienación parental), porque el daño más grave se lo causa a su propio hijo(a).

 (Tomado de www.guiainfantil.com)