La presidenta de Findeter, Sandra Gómez Arias, y el Director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, firmando el contrato.
La presidenta de Findeter, Sandra Gómez Arias, y el Director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, firmando el contrato.
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La multimillonaria ganancia de Findeter con el dragado en el puerto de Barranquilla

Le cobra a Cormagdalena la suma de $3.695 millones por “asistencia técnica y administración de los recursos”.

Una multimillonaria arandela es la que tiene colgada la contratación del dragado de mantenimiento del canal de acceso del puerto de Barranquilla.

Lo increíble de este nuevo episodio en el puerto es que una entidad tenga que contratar con otra la “asistencia técnica y administración de los recursos”, teniendo la capacidad institucional para hacerlo desde que fue creada, por mandato Constitucional.

Es el caso de Cormagdalena, que a través de un contrato interadministrativo le entregó esa función a Findeter.

Fue así como el 31 de mayo de 2019 el Director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, suscribió con la presidenta de Findeter, Sandra Gómez Arias, el contrato interadministrativo 0-0138-2019, para la “asistencia técnica y administración de recursos del programa de mantenimiento del canal navegable en el puerto de Barranquilla, Canal del Dique y el sector Barrancabermeja - Pinillos”.

Para esa contratación se dispuso un presupuesto de $31.620 millones.

Sin embargo, para las obras propiamente dichas fueron asignados 30.289 millones 990 mil 550 pesos y para Findeter se asignó una remuneración por el orden de los 1.330 millones 9 mil 450 pesos.

Es decir, a Findeter le tocó una comisión equivalente al 4,20% del presupuesto total asignado.

En esa oportunidad se convino el pago a Findeter en siete cuotas por $190.001.350, incluyendo IVA.

El mismo esquema se repitió el 18 de diciembre de 2019 cuando los mismos protagonistas suscribieron otro contrato 0064 con el mismo objeto, para el mantenimiento del canal de acceso al puerto de Barranquilla y el sector Barrancabermeja - Pinillos, durante la vigencia 2020. 

En este segundo caso el presupuesto asignado fue de 38.999 millones de pesos.

No obstante, para las obras los recursos dispuestos fueron por 36.633 millones 228 mil 428 pesos, mientras que a Findeter se le asignó una remuneración de 2.365 millones 771 mil 572 pesos. Es decir, una comisión equivalente al 6,06% del total de los recursos presupuestados.

Para ello se pactó el pago de 12 cuotas por valor de 197 millones 147 mil 631 pesos, incluyendo IVA.

Esto significa, que la “asistencia técnica y administración de los recursos” por parte de Findeter, le representa a Cormagdalena un gasto adicional de 3.695 millones 781 mil 22 pesos.

Lo cuestionable de esta situación es que siendo Cormagdalena la entidad responsable del Río Magdalena y teniendo la capacidad institucional para cumplir su misión, recurra a otra entidad para que haga lo que fácilmente la Corporación puede realizar sin erogación alguna.

Más aún cuando la misma vigilancia del contrato de dragado contempla la supervisión de Cormagdalena y una interventoría integral externa (técnica, administrativa, financiera, contable, ambiental, social y jurídica).

Esta última a cargo de IEH Grucon S.A., representada por Jaime Arturo Mendoza Vargas, por un costo de 939 millones 362 mil 200 pesos.

Lo grave del caso es que con las situaciones que se han registrado con el dragado contratado con el Consorcio Shanghai - Ingecon, por 22.873 millones 890 mil 947, le ha faltado mano dura a la “asistencia técnica” de Findeter para requerir con contundencia el cumplimiento contractual.

Findeter no puede desconocer que contractualmente el Consorcio está obligado a disponer equipo alterno para el pleno cumplimiento de los trabajos. Tuvo que recordárselo Cormagdalena tras el encallamiento de la draga Hang Jun 5001 el Viernes Santo.

Con ello, ha quedado en entredicho el verdadero papel de Findeter, a menos que sea el de una simple caja para pagarle al Consorcio y cobrar su remuneración. 

Algo que fácilmente también puede hacer Cormagdalena, sobre todo en época de austeridad, para evitar sobre gastos en su presupuesto y luego no tener inconvenientes, por falta de recursos, para atender las recurrentes emergencias que se presentan con motivo de la ola invernal a lo largo y ancho del Río Magdalena.