Sebastián Villa y Daniela Cortés.
Sebastián Villa y Daniela Cortés.
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Eximen de prisión a Sebastián Villa, no podrá salir de Argentina y le decretan embargo parcial

Hermana y amiga de su expareja confirmaron maltratos físicos y verbales que le propinaba a Daniela Cortés.

El futbolista colombiano Sebastián Villa fue eximido de ir a prisión por los delitos de violencia de género contra su expareja Daniela Cortés, pero se le prohibió la salida de Argentina, país donde se encuentra vinculado al Club Boca Juniors.

A través de la aplicación Zoom, Villa rindió declaración ante la Fiscal Verónica Pérez, por el delito de “lesiones leves calificadas por el vínculo y por tratarse de un hombre contra una mujer mediando violencia de género, en concurso real con coacción agravada”.

A Villa también se le decretó el embargo parcial de bienes, según informó Antena 2 recogiendo la versión publicada por ‘Infobae’ de Argentina que tuvo alcance a algunos apartados de la extensa declaración del jugador, donde cuenta detalles íntimos de su relación con Daniela Cortés y los supuestos embarazos de la mujer que lo denunció. Además de referirse a su versión de robos y extorsiones.

Según Villa, en el verano de 2019 (enero) empezaron “los celos e inseguridades por parte de Daniela” y “anteriormente me había robado un dinero y se había sacado fotos de mi tarjeta (...) y en Colombia hacía muchas compras”, señaló en primera medida.

También relató los supuestos chantajes de los que fue víctima: “Ella empieza a decirme que si ella quería yo no jugaba más en Boca ni en la Selección de Colombia, que si ella quería me arruinaba la carrera… Dijo que si era necesario se iba a autolesionar para arruinar mi carrera y que yo iba a trabajar como un albañil”.

Reveló que cada vez que tenían problemas fuertes, tenían relaciones sexuales para bajar la tensión del noviazgo, pero que nunca supo del embarazo: “Cada vez que terminamos, ella decía que estaba embarazada, pero nunca estuvo embarazada”; según Villa nunca se quiso hacer exámenes de sangre y “cada vez que se hacía una prueba de orina yo le decía que me la mostrara y ella me decía que ya la había tirado y las veces que me mostró salían negativas”.

Igualmente señaló los insultos de que habría sido objeto por parte de Daniela. “Sos un negro feo hijo de puta, así me dijo” y mencionó que él también recibía golpes de su expareja, también colombiana: “Obviamente me tengo que cubrir, porque me tenía que defender tomándola de los brazos, ella estaba como una loca. Me había tirado una vela; me metió puño en la boca y en la cabeza. Yo me defendí, ahí la agarré de los brazos”.

Y puntualizó: “Siempre fui romántico con ella. Contrataba a los chefs para que fueran a nuestra casa y ella tuviera una cena romántica. Yo nunca le haría daño a ella ni a su familia… Nunca pasó maltrato físico o psicológico, nunca”.

Por su parte, el Diario Olé publicó en exclusiva las declaraciones de dos testigos: la hermana y una amiga de la paisa entregaron sus versiones a la Fiscal del caso, Verónica Pérez, reproducidas por News Republic.

La primera aseguró, de acuerdo a la información a la que accedió el medio de comunicación, que “Dani se comunicaba conmigo siempre que sucedía cualquier tipo de agresión hacia ella. Me contaba lo que estaba pasando y me mandaba fotos de los golpes que tenía en el rostro o en cualquier otra parte del cuerpo. Fueron constantes, tanto físicas como verbales y tengo fotos del 2018”.

Contrario a lo que manifestó el extremo de la Selección Colombia, afirmó que sí existía una relación de pareja desde que el futbolista actuaba en el Deportes Tolima y que el dinero que supuestamente robó la exnovia, se lo entregaba él “para hacer las compras, lo que ella tuviera que hacer en el momento”. Además, aseveró que compartían una tarjeta de crédito con su autorización.

También dijo que lo del embarazo fue cierto y que el oriundo de Bello le escribió que iban a ser papás. Y prosiguió: “Presencié dos (agresiones) en Colombia. Durante este diciembre, que estaban en casa: él empezó a empujar a Daniela en la casa de mis papás y mi mamá intervino porque yo estaba recién operada. La otra fue el año pasado, no recuerdo la fecha, pero Sebastián estaba en Colombia a mitad de año, se le perdió algo y empezaron a discutir: los amigos de él eran conocedores de cada una de las agresiones que él le hizo a Daniela. Los amigos siempre están en la casa y ese día yo estaba con mi mamá y mi esposo allá. Nos tocó ver cómo la empujaba de una manera muy agresiva, tanto que los mismos amigos lo calmaban”.

“Nos mandó dos videos donde a él se lo escucha hablando con gente de Medellín, que nos iban a hacer algo a nosotros si Daniela no se iba de la casa. Al primero que llamó Daniela fue a mi papá y él nos dio la noticia de que Sebastián nos estaba amenazando. Eso fue un sábado en mi casa, mi mamá se descompuso, llamamos a un médico y, en medio de todo, mi mamá llamó dos veces a Sebastián y él no contestó”.

Luego fue el turno de la amiga que relató que “hace dos años viene contándome sucesos de maltrato y me contaba que estaba cansada de que siempre pasara lo mismo, me mandaba incluso fotografías de las golpizas. Era la única persona a la que recurría con confianza, a veces con sangre de las golpizas. Yo le aconsejaba que no siguiera permitiendo esa situación, que lo dejara. Todo empezó hace aproximadamente dos años”.

Ratificó que “ella se escondía en el baño para contarme que la había golpeado, me mandaba esas fotografías impactantes, con sangre, pidiéndome un consejo que yo no sabía cómo dárselo porque me sentía impotente. Simplemente le decía que lo dejara porque no iba a cambiar”. Igualmente señaló al deportista por los insultos.

“Cuando él no estaba concentrado con el equipo, (Daniela Cortés) podía llamarme una semana para decirme que estaba bien, que eran muy felices y a los dos o tres días me llamaba para decirme que le había pegado, que estaba con su manera bipolar. No pasaban 15 días sin poder estar bien. El maltrato (de Sebastián Villa) no era sólo físico sino también verbal y psicológico. Él la humillaba, le bajó la autoestima como mujer, le decía que era muy fea, que le faltaba cola y la echaba del departamento”, recordó.

 

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