Ángel María Solano y su hija Didier.
Ángel María Solano y su hija Didier.
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Zona Cero

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"Estoy vivo y estoy muerto": la triste historia del adulto mayor a quien dan por fallecido

Ahora no recibe atención médica, ni medicamentos ni auxilios de adulto mayor.

A sus 82 años de edad, don Ángel María Solano Martínez sufre, además de sus quebrantos de salud, las consecuencias de un craso error que se cometió en el Hospital General de Barranquilla, en donde el 13 de noviembre de 2020 lo dieron por muerto, sin haber estado en ese centro asistencial.

A comienzo de año, Didier Solano, una de sus hijas, había dejado a su padre en su casa en el barrio San Luis, en el suroccidente de Barranquilla, pero en la EPS Ambuq, cuando fue a reclamar unos medicamentos le informaron que su papá “había muerto”.

Comenzó en ese momento un vía crucis para la familia, tratando ahora de convencer a todo el sistema: IPS, EPS, farmacias, Registraduría y Notarías, de que el hombre nacido en El Carmen de Bolívar, está vivo.

Didier comenzó a indagar y fue hasta la Registraduría en donde le confirmaron que en efecto la cédula de su papá había sido dada de baja “porque Ángel María había fallecido”.

Epicrisis con el nombre de Ángel María Solano

La hija siguió interrogando y le reafirmaron que “su papá falleció el 13 de noviembre de 2020 en el Hospital General de Barranquilla”.

Según la historia clínica, el adulto mayor habría ingresado dos días antes a ese centro asistencial “por desnutrición, enfermedad arterial periférica, hipertensión arterial crónica”.

Realmente se trataría de un indigente, quien según le dijeron en el Hospital General, “lo habría suplantado”.

Acta de defunción con el nombre de Ángel Maria Solano.

El vivo muerto

"Estoy vivo y estoy muerto", dijo hoy a Zona Cero. Ángel María Solano, en medio de la incertidumbre pues desde enero no está vinculado al sistema de seguridad social y hasta fue excluido del programa Colombia Mayor.

"En el Hospital de Barranquilla aparecí como fallecido sin ser así", cuestiona el adulto mayor sentado en la terraza de su casa en el suroccidente.

La mala, pero por fortuna falsa noticia, llenó al hombre de muchas dudas. "Yo me ponía a pensar, cómo sería eso. ¿Qué pasó conmigo que aparecí fallecido?"

Al no tener EPS, son sus hijos quienes le compran los medicamentos, pero no ha recibido los auxilios del Estado.

A la fecha, pese a que la Registraduría le entregó a Didier una carta en la que se le expresa que la cédula ya está vigente, su hija sigue en los trámites para que se haga efectiva la reincorporación del adulto mayor a los programas de seguridad social del país

Don Ángel María tiene ahora tres grandes preguntas: ¿un indigente usa documentos para que se presentara alguna confusión?, ¿Se tomaron la molestia en el Hospital General de Barranquilla de tomarle las huellas a la persona que falleció para cotejar con el documento que portaba?, y ¿cómo iba a tener su identidad si él nunca ha extraviado sus documentos?.

Ángel María Solano y su hija Didier

 

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