Ciento diez años de orgullosa existencia, enmarcan en moldes de oro y con letras gigantes el nombre del primer centro de educación media de Barranquilla y la Costa Caribe en alcanzar tan inigualable onomástico. Honor que nos cabe a quienes paseamos por sus claustros durante algunos años para culminar con éxito nuestra etapa de bachiller en el siempre altivo Colegio de Barranquilla-Codeba.

Un 20 de julio de 1908, coincidencialmente fecha patria de la independencia, saldría a la luz pública el que se convertiría en el primer y más afamado centro educación oficial de la Costa Atlántica. Resultado de un propósito inmancable y tesonero de su benefactor, impulsor e insigne personaje de la sociedad barranquillera, doctor José Francisco Insignares Sierra en su condición de  Gobernador.

Incalculable sería el número para precisarlo- de quienes que han desfilado mostrando con orgullo el cartón de bachiller del incomparable centro de educación cuyo primer nombre: Colegio del Atlántico hacía honor al departamento cuyo gobernador de entonces cristalizaba un sueño personal.

Huellas profundas de ilustres personalidades han quedado impregnadas  en el progreso de la ciudad, región y del país mismo. Hombres ilustres y con el sello inconfundible de sus protagonistas en el deseo de seguir adelante con fe y optimismo. Hombres cultos, de estirpe, de sentimientos cívicos y líderes sociales que entre sus claustros se formaron bajo el manto sagrado grandes  profesores, apóstoles del saber. De esos  muchos personajes que dejaron  un  legado y testimonio de sus grandezas nos permitimos recordar nombres de reconocidos políticos, ilustres médicos, historiadores y deportistas como:

Juan B. Fernández Ortega, de brillante recorrido como ciudadano y quien llegaría luego a ejercer funciones de Gobernador del Departamento del Atlántico en 1931 y quien fue también socio fundador del periódico El Heraldo el 28 de octubre de 1933. Colaborador de periódicos como Rigoletto, La Nación, El Nacional y La Prensa, se adentró en su propia empresa periodística en El Heraldo mereciendo en el año 1952 la distinción del Premio “María Moors Cabot”.

Otros como Evaristo Sourdis, candidato presidencial; Próspero Carbonell, Ernesto Cortissoz, Agustín Mackenzie, Jorge N. Abello, Alvaro Cepeda Zamudio, Julio Honneisberg, Plinio Guzmán, Karl Meizel, Julio E. Blanco, Aquiles Escalante, Rafael Campo Miranda, Rubén Maury; deportistas como “Caimán” Sánchez, Toño Rada, Marcos Coll, Orlando Ibarra, Ali Pérez, Gabriel Berdugo, Humberto Perea, Rafael Cotes, José Escorcia, Leopoldo Cañarete, Paco Cordova, Gabriel Berdugo; periodistas de talla como Tomás Barraza Manotas, Gustavo Castillo García, Julio Gutiérrez Romo, José María del Castillo “El poeta del Castillo”, Otto Garzón Patiño, Efraín Peñate, Luis Alberto “Cheo” Feliciano, Boris Vergara De la Rosa, Jaime Jiménez  Juan Illera Palacios y el maestro Chelo de Castro quienes transitaron por las aulas del Colegio de Barranquilla e hicieron honor a la institución en la que adelantaron estudios o fueron bachilleres.

Y así, en todas las otras profesiones tales como medicina, historia, derecho, administración de empresas, contaduría, en la economía, en química y física, en ingeniería, música y arte, etc. también en las letras, en cultura y conocimiento en general al servicio de la humanidad y del desarrollo de nuestra tierra y nuestro país, el Codeba ha sido fuente primigenia de muchos hechos  trascendentales nacional e internacionalmente.

Su centro de acopio se levantó orgulloso y desafiante en la esquina de la calle 51 (Bolivia) con la carrera 41 (Progreso). Majestuosa edificación inaugurada en 1928 por su propio fundador Insignares Sierra. Fue un 20 de julio de 1908, cuando se puso en servicio aquella institución educativa en una edificación de dos plantas en el Paseo de Bolívar. Y veinte años después (1928), luego de un periplo de otras dos sedes provisionales, trasladaría sus aulas a la gran mole de concreto armoniosamente diseñada a la calle Bolivia con carrera Progreso. Con una estructura inigualable en concepción del arte. Y con una enorme y altiva torre elevada al cielo donde se colocó un moderno observatorio astronómico.

Quienes tuvimos el privilegio de cursar nuestra secundaria en dicha institución, guardamos con profundo orgullo aquel ideario de libre pensamiento que nos identificó. En lo académico nos mereció ser considerados por muchos años, el mejor plantel de educación de la ciudad y de la costa caribe y que provocó en uno de sus rectores, Javier Sánchez, en los años cincuenta aquella frase inmaculada que aún nos asiste: “Ser alumno del Codeba es un Honor”.

El sentimiento de pertenencia, perdido casi por completo desde que el Colegio fue trasladado de su sede natural hacia la vieja Escuela Industrial del Atlántico (Calle 68 con carrera 47 y 49) nos llenó de nostalgia durante 43 años. Coincidencialmente el mismo tiempo  en que estuvo en su sede propia (calle 51 con carrera 41 esquina) fue el mismo en que la Universidad del Atlántico usufructuó  indolentemente de sus instalaciones bajo el pretexto de ampliar su cobertura. El viejo edificio fue recuperado por el Distrito en el 2015 luego de superar una serie de confrontaciones jurídicas en los estrados judiciales y que siempre dieron la razón para que la edificación fuera únicamente para el funcionamiento del Colegio Barranquilla.

Mediante proceso policivo ejecutado por la Inspección Octava, funcionarios del Distrito acuden al evento en el que se hizo necesaria la fuerza pública para romper candados y cadenas. Los celadores del edificio pagados por la universidad y obedeciendo órdenes de sus superiores, se resistían a abrir las puertas.  Este año (2018) después de otros impases administrativos y jurídicos, la población estudiantil regresó a su sede natural. El 15 de enero, volvió a escucharse la campana anunciando el regreso a clases y la voz triunfal de más de 1.500 alumnos proclamando con orgullo y sentimiento el nombre del Codeba.

Estos 110 años de la institución están enmarcados además en la decisión de la administración del Alcalde Alex Char de rescatar físicamente y en su totalidad la edificación de la Calle Bolivia con Progreso. Internamente más de veinte salones y otras locaciones han sido recuperados funcionalmente. En breves días se acometerán las refacciones estructurales de fachada y entorno y en pocos meses la vieja sede volverá a mostrarse altiva y orgullosa no solo como patrimonio arquitectónico, sino también como patrimonio cultural y educativo de Barranquilla.

En conmemoración  de los 110 años de la institución, las directivas del plantel y la Asociación de ex alumnos y egresados han programado una serie de actos culturales y religiosos que comenzó el sábado con una Santa Homilía en la Catedral Reina María y que culminará con un ciclo de conferencias y muestras gráficas sobre el recorrido histórico de su existencia.  Y enmarcado todo en la gran fiesta de integración que se realizará el sábado 21 de julio en el Centro de Convenciones de Combarranquilla Norte a partir de las 8 de la noche y con carácter abierta para todos los codebistas.