La ESE Cari de Alta Complejidad.
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El Cari y hospitales del Atlántico “in articulo mortis” financiero

El caso más grave lo registra el Cari, al borde del cierre, por sustancial reducción de los giros directos.

Literalmente hablando los hospitales del Atlántico han pasado de un “estado comatoso” a la crítica situación de “in articulo mortis” financiera.

Es, al menos, lo que reflejan las cifras financieras del 2017 con respecto a las de 2015 y 2016. Un panorama poco saludable y que, en el caso de la ESE Cari de Alta Complejidad lo coloca al borde del cierre en el inmediato plazo.

Los giros directos se han convertido en el principal dolor de cabeza para los hospitales. Corresponden a los pagos que deben realizar las EPS a los hospitales, consistente en el 50% de la facturación mensual que debe ser girado en los primeros 7 días de cada mes y el resto mientras se aclaran algunas glosas que puedan existir entre las cuentas presentadas y/o verificadas por la respectiva entidad.

Sin embargo, las EPS vienen actuando sin control alguno, con una Superintendencia de Salud complaciente. En términos prácticos, hacen lo que les da la gana, sin importarles el “Código Azul” financiero en que se encuentran las entidades territoriales.

En el caso del Atlántico, el “Código Lila” lo enfrenta la ESE Cari. Las cifras financieras indican que ni siquiera soporta una “desfibrilización” para su reanimación inmediata.

De acuerdo con la comparación de giros directos efectuados en el primer cuatrimestre de los años 2015, 2016 y 2016, el Cari prácticamente está a punto de cerrar.

En 2015, en el primer cuatrimestre el recaudo directo del Cari fue de $7.101 millones, lo que significó un ingreso promedio, por ese concepto, de $1.775 millones mensuales. En 2016, fue de $5.886 millones, lo que disminuyó el ingreso en 17,12% para un promedio mensual de $1.471 millones. Y en 2017 el ingreso disminuyó a $3.602 millones, para un promedio mensual de 900 millones 578 mil pesos y una reducción del 38,81%.

La disminución cuatrimestral en el período 2015 - 2017 fue del 49,28% al pasar de $7.101 millones a $3.602 millones.

En otras palabras, el giro directo del Cari bajó en enero 2016 - 2017 de $1.868 millones a $1.083 millones (- 42%%); en febrero de $1.681 millones a $802 millones (- 52,27%); en marzo de $1.210 millones a $1.120 millones (- 7,45%) y en abril de $1.125 millones a $595 millones (47,11%).

En pocas palabras, actualmente el Cari no tiene cómo subsistir. Situación a la cual se suma el manejo politiquero de que ha sido objeto en los últimos años, por grupos políticos ensañados en la salud del Atlántico.

La siguiente situación “comatosa” se registra con el Hospital Departamental de Sabanalarga.

Sus ingresos cuatrimestrales pasaron de $1.713 millones (en 2015) a $1.913 millones en 2016  (+ 11,69%); a $1.434 millones en 2017 (- 25,08%). Lo que significa que el que el giro directo promedio cuatrimestral cayó, entre 2015 y 2017 en 16,32%.

La siguiente situación grave se presenta con el Hospital Departamental de Sabanalarga.

Su recaudo trimestral ha pasado de $1.713 millones (en 2015) a $1.913 millones (en 2016) para un aumento del 11,69% y de $1.434 millones en 20178 para una reducción del 25,08%.

Esto representa una reducción del 16,32% entre el giro directo del 2015 y lo recibido en el mismo periodo en 2017.

En cuanto al hospital de Soledad presenta recaudos de $777 millones en (2015), $662 millones (en 2016) y $1.104 millones en 2017. El incremento de recaudo es de 41,97, pero un asi no le alcanza para subsistir.

Definitivamente, los hospitales del Atlántico siguen moribundos. Por un lado por unas EPS irresponsables y por el otro por una insaciable politiquería.

 

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