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Lugar de la tragedia.
Lugar de la tragedia.
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Fuerza Aérea.

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“Desde que no los hayan encontrado muertos, ellos están vivos”: abuela de niños desaparecidos

Se cumplió un mes de la tragedia aérea, y los 4 menores que viajaban en la aeronave accidentada en selvas del Guaviare continúan desaparecidos.

Se acaba de cumplir este jueves un mes del siniestro aéreo en las selvas del Guaviare que dejó tres víctimas mortales y el paradero incierto de cuatro niños que viajaban en la aeronave, y que al parecer han sido tragados por la selva.

El episodio ha mantenido en vilo al país, pues tras el hallazgo de ciertos rastros que apuntan a la posibilidad de que los menores hayan sobrevivido a la tragedia, finalmente no han podido ser localizados, pese a los esfuerzos del personal militar que trabaja con mucha dedicación en la búsqueda.

María Fátima Valencia, abuela de los infantes, en declaraciones a RCN Radio sostuvo que tiene latente la esperanza de que sus nietos permanezcan con vida en algún lugar de la inhóspita vegetación.

Desde que no los hayan encontrado ahí muertos, ellos están vivos, los cuatro. Por eso nosotros hemos estado pidiendo y haciendo oración, para que los encuentren”, expresó la señora.

Dijo también que tuvo “una revelación” en un sueño.

Yo soñé que estaban en una cueva y que una boa los está cuidando”.

María Fátima entregó las declaraciones desde el municipio de Araracuara, Caquetá, donde de acuerdo con las costumbres ancestrales de su etnia indígena. se llevan a cabo las exequias de su hija Magdalena Mucutuy, madre de los menores.

Anunció que este viernes volverá a Villavicencio a continuar muy pendiente a los resultados de las labores de búsqueda de los niños.

Ojalá que sigan buscando, hay opción todavía. Ojalá que nuestros paisanos indígenas también sigan ayudando”, destacó la abuela de los menores.

La aeronave siniestrada corresponde a una monomotor tipo Cessna U206G, matrícula HK2803, que transportaba a siete ocupantes, incluido el piloto.

Los tres adultos encontrados muertos, y los cuatro niños a quienes se buscan afanosamente.

La aeronave despegó a las 6:42 de la mañana del primero de mayo desde Caquetá con dirección a San José del Guaviare.

Las condiciones atmosféricas eran idóneas para cumplir un itinerario tranquilo, dijeron fuentes de la Aerocivil.

Sin embargo, de manera sorpresiva el vuelo del aparato quedó por fuera de los radares 35 minutos después del despegue, es decir, a las 7:17 a.m.

El piloto alcanzó a reportar el primer llamado de alarma con la palabra; “mayday, mayday, mayday”, reconocida en el argot del tráfico aéreo como señal de emergencia y pedido de auxilio.

El Control de Tráfico Aéreo asegura que recibió el llamado y ofreció dos pistas cercanas para que la aeronave aterrizara de emergencia.

La pista de Morichal y la pista Miraflores, a la derecha de la trayectoria de vuelo, pero al parecer, el piloto no logró las indicaciones y permaneció incomunicado durante 15 minutos más, mientras varias centrales intentaban contactarlo.

A las 7:32 a.m., 15 minutos después del último llamado, el piloto reportó que el motor volvió a coger potencia y que el vuelo iba en ascenso.

Pero la esperanza no duró mucho, tres minutos después el piloto se comunicó de nuevo y repitió: “¡Mayday, Mayday, Mayday, 2803, 2803, el motor me volvió a fallar.... voy a buscar un río... aquí tengo un río a la derecha!”

Dos semanas más tarde, el martes 16 de mayo, la avioneta fue hallada destrozada en la selva entre Guaviare y Caquetá.

Desde ese día Comandos Especiales de las Fuerzas Militares desarrollan labores en tierra que han arrojado el hallazgo de algunos rastros como teteros, moñas, restos de frutas consumidas y huellas, que han permitido ilusionar al país sobre la supervivencia de los niños.

Con base en estos indicios el general Pedro Sánchez sostuvo que cree haber estado muy cerca de los menores, “a menos de 100 metros”, pero las condiciones climáticas y propias de esta selva, no les han permitido observarlos.

La nave llevaba como ocupantes a Hernando Murcia Morales, piloto; Herman Mendoza Hernández, director de la fundación de profesionales indígenas Yetara, y Magdalena Mucutuy Valencia, la madre de Lesly Mucutuy (13 años), Soleiny Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses), los niños desaparecidos.

 

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