Yira Castro es una de las encargadas,, por parte de las FARC del desminado humanitario.
Foto
Archivo particular

Share:

"Creo que valió la pena el sacrificio": guerrillera 'Yira Castro' sobre la paz en Colombia

Las mujeres en las FARC han estado en primera línea y en otras actividades.

"Las mujeres no nos debemos limitar al hogar, sino abrirnos a la vida pública y luchar por conquistar nuestros derechos".

Esta frase pronunciada por 'Yira Castro', una guerrillera de las Farc puede decirla cualquier colombiana que considere que la mujer en el país debe tener su espacio tanto en el seno de su familia como en la sociedad.

Desde la firma del acuerdo definitivo entre las Farc y el Gobierno se visibilizaron muchas mujeres que al interior de esa organización guerrillera cumplían un papel en los diferentes frentes, tanto en el ideario político como en las filas.

'Yira Castro' nació en el Urabá antioqueño y desde hace 34 años es miembro de las Farc. Hoy día es delegada por las FARC para temas de desminado, tras estar al frente del Proyecto Piloto del Desminado en el área de Briceño, en Antioquia. En estos días, según indicó a Zonacero.com, trabaja en la conformación de Humanicemos DH, Corporación de Desminado Humanitario.

Ella, que lleva el nombre verdadero de una costeña líder del partido comunista, al igual que muchas colombianas también tiene metas y sueños que quiere ver realizados, luego de dedicarle más de la mitad de su vida a la insurgencia.

Preguntas y respuestas

En los actuales momentos del posconflicto, ¿cuál es el papel de la mujer en las Farc y si esto cambió con el proceso de paz o la firma del acuerdo?.

El papel de las mujeres farianas adquiere cada vez más importancia. Esto tiene que ver con que las tareas en la guerra requieren más de habilidades físicas (y ahí estuvimos en primera fila), mientras que las tareas en la paz y en un partido político tal vez necesiten más de inteligencia emocional y habilidades sociales, políticas e ideológicas, y por fortuna en eso también somos buenas las mujeres.

¿Qué significa dejar atrás todo en la vida, como en su caso, y convertirse en Yira Castro?

"No dejé todo atrás, solo dejé de hacer algunas cosas y traje conmigo lo mejor, lo más útil y necesario para enfrentar la vida guerrillera, lo primero que empaqué en mi morralito fueron los valores con que me estaban forjando y que aquí desarrollé plenamente".

"Cuando este proceso empezó a adquirir forma y comprendí que era irreversible, que no había marcha atrás, tuve susto, y empecé a prepararme para este tránsito. Comencé un ejercicio de fusionar a Angelita, la niña llena de sueños inconclusos, con la Yira Castro que se hizo mujer al fragor del combate y de las vicisitudes de una vida política y militar, la que asumió normas y estatutos con la idea de aportar un granito de arena para transformar el estado de cosas. Y ahora, más que en cualquier otro momento, creo que valió la pena el sacrificio".

¿Cuál es su sueño como mujer?

"Tengo muchos sueños, pero creo que el más persistente es poder terminar mis días en una sociedad en la que todos tengamos el privilegio de vivir en igualdad de condiciones, hombres y mujeres; donde las mujeres tengamos igual salario e igual reconocimiento que los hombres; que nuestros derechos reproductivos y sexuales no sean vulnerados, una sociedad donde las mujeres tengan plena libertad de decidir si quieren o no ser madres; en donde haya igualdad de oportunidades, sin trato discriminatorio, y finalmente en la que no haya violencia por motivos políticos, de género, clase, raza, edad, entre otros".

Si tuviera que elegir entre ser madre, tener una familia y seguir en la guerrilla, qué escogería…

"Es un escenario hipotético y el futuro hay que proyectarlo con base en el presente; en este momento estamos en la fase de implementación de un proceso de Paz que está siendo exitoso con todas sus dificultades. Entonces, la realidad es que si yo quiero seguir en el partido político y retornar con mi familia, lo puedo hacer como cualquier otra mujer colombiana. Las mujeres no nos debemos limitar al hogar, sino abrirnos a la vida pública y luchar por conquistar nuestros derechos".

¿Cómo recuerda a su mamá y a sus hermanas?

"Mi madre, una educadora empírica, silenciosa y asertiva en sus opiniones; militante del Partido Comunista, creo que muy avanzada para su época cuando decía que no importaba si sus hijas se casaban, conformaban una pareja o se iban a la guerrilla, lo más importante para ella era que cada quien encontrará su lugar y se sintiera plena/o con su elección. Mis hermanas eran muy independientes, cuando me conocí como persona ellas eran jóvenes que militaban en la juventud comunista, una tenía 16 años y era presidenta de una Junta de Acción Comunal y eso me enorgullecía. Otra hizo parte a la dirección del Partido Comunista en una región, hasta que le tocó refugiarse en las FARC por amenazas contra su vida".

Cree que el panorama de la mujer colombiana cambiará en los próximos 20 años

"No es que creo, es que va a cambiar. Vemos una tendencia muy positiva por parte de las mujeres colombianas y es que están tomando cada vez más consciencia frente a la situación de discriminación y violencia que están viviendo. El 8 de marzo habrá movilizaciones".

¿Cuál es su papel como mujer para contribuir a la paz y si está unido a su papel en el desminado humanitario?

"La mera presencia de las mujeres en todas las tareas de la implementación y del nuevo partido es importante, como lo es imprimir enfoque de género en todas las comisiones, fundaciones, corporaciones y organizaciones que se están creando. Llegué al Piloto de Desminado Humanitario en Antioquia, como relevo en su función de un  camarada que salía en cumplimiento de otra tarea, y asumí la responsabilidad de conducir dentro del Proyecto Piloto un comando de explosivistas, todos varones, encargados de indicar las áreas contaminadas.  Pienso, con sano orgullo, que el balance de parte nuestra y de toda la actividad en su conjunto fue muy positivo. Allí se construyó un modelo de reconciliación, eso fueron los planes pilotos, donde participamos dos mujeres, yo al frente del comando en área de Briceño, en Antioquia, y Liliana Castellanos, integrando el comando de Santa Helena, en el Meta. Ahora estoy junto con otro compañero como delegada por las FARC para temas de desminado, aportando y aprendiendo de esta labor humanitaria. Es más, en la Junta Directiva de Humanicemos DH, Corporación de Desminado Humanitario que estamos creando, hay dos mujeres y una de ellas será la Directora".

¿Le gustaría hacer política en el Congreso?

"Me gustaría hacer política en cualquier lugar, preferiblemente desde los territorios".

¿A quién admira por su papel como mujer en la política colombiana?

"Espero que con el acuerdo de Paz y su implementación se abran nuevos escenarios en donde salgan también a debutar nuevas y frescas figuras femeninas en la política. Hay mujeres que han jugado un papel importante en dicha esfera, pero todo tiene su tiempo y este precisamente amerita una transformación total. Tengo la certeza que del movimiento social y de mujeres, incluyendo el nuevo partido que surja del congreso constitutivo, emergerán mujeres muy capaces con talante de sobra para destacarse en el ámbito político".

A través del portal Mujeres farianas, usted le hace homenaje a la mujer en las FARC, qué obstáculos han tenido para desarrollar esta labor…

Yira Castro con dos integrantes de la guerrilla de las Farc, en uno de los campamentos.

"Uno de los obstáculos obviamente ha sido aprender a trabajar con herramientas tecnológicas desconocidas por nosotras al momento de abrir nuestra página; algo de mucha paciencia y persistencia ha sido tratar de posicionar un medio de difusión cuando aún hay tantas resistencias y desconocimiento, sumado lo anterior a que los medios tradicionales han venido mostrando una realidad deformada de nuestro rol como mujeres insurgentes. A nivel interno ha sido un proceso complejo, el hacer comprender a hombres y mujeres la necesidad de luchar de manera específica por la emancipación de las mujeres, como punto de partida hacía una verdadera transformación social y cultural de nuestro país".

¿Qué mensaje le envía a las mujeres colombianas…?

"Un mensaje de Paz, pero de lucha a la vez. La discriminación y la violencia en contra de las mujeres no termina con un sistema económico diferente. Hay que seguir luchando por políticas públicas con perspectiva de género, pero también desde el ámbito privado, por una mayor igualdad de derechos".

 

Más sobre este tema: