Conozca las señales de alerta y cómo prevenir los accidentes cerebrovasculares
Son la segunda causa de muerte en el mundo. Además, son una de las primeras causas de discapacidad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente se presentan alrededor de 17 millones de casos de accidentes cerebrovasculares (ACV), de los cuales el 30 porciento (cerca de 5 millones) deriva en la muerte del paciente y un número similar termina con secuelas irreversibles.
El ACV (o derrame cerebral) se produce cuando hay falta de flujo sanguíneo hacia al cerebro.
“Cuando esto sucede, el cerebro deja de recibir oxígeno; y las neuronas, que son sus células, se empiezan a morir, se produce un daño permanente y la persona puede fallecer”, explica Enrique Mazenett, director nacional de epidemiología de Coosalud.
“Esto puede ser por defectos o malformaciones en las arterias. Hay personas que nacen con esa condición arterial. Y si el paciente sufre de hipertensión, se puede romper la arteria; aunque puede que venga predispuesta a romperse por una malformación, y, con la edad, se va deteriorando y se rompe”, agregó.
Según el experto, “es importante que la persona que padece un ACV se acerque lo más pronto posible a un centro médico. Si se demora, habrá más probabilidad de daño permanente en cualquier tipo de ACV”.
¿Cuándo sucede?
El accidente cerebrovascular ocurre cuando una arteria del cerebro se tapa. Cuando esto sucede, no le llega sangre al cerebro o también puede ocurrir que una arteria se rompa y empiece a sangrar.
Es decir, se presenta otro tipo de accidente cerebrovascular, que es el hemorrágico.
¿Qué hacer?
El ACV pasa de manera repentina. La mayoría de las veces no avisa.
Uno de los principales síntomas consiste en que al paciente se le cae un lado de la cara, se le tuerce la boca, arrastra la lengua o no puede mantener levantado un brazo.
“Si se le pide a la persona que levante los brazos durante 10 segundos y se le cae uno, o no lo puede levantar fácilmente, estamos ante un síntoma de ACV. Otras señales podrían consistir en que la persona se va hacia un lado o no se le entiende lo que dice”, describe Mazenett.
Ante estas señales, el paciente tiene de 3 a 4 horas para ser atendido en una IPS y de esta manera aumentar la probabilidad de no sufrir daños irreversibles.
Causas de los accidentes cardiovasculares
Las principales causas de un ACV son la hipertensión, la obesidad, la falta de actividad física, alimentarse inadecuadamente y el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
Así mismo existen factores genéticos, pues cuando un familiar cercano ya sufrió un accidente cardiovascular, hay más riesgo de padecerlo.
“Las personas de etnia negra tienen alto riesgo. Igualmente, los hombres tienen más riesgo que las mujeres. Sin embargo, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales, fuman y tienen más de 35 años de edad, registran un mayor riesgo de sufrir un ACV”, agrega el funcionario.
Asimismo, insiste en que “hay que hacer ejercicio, alimentarse bien, moderar el consumo de alcohol y tabaco. Fumar es uno de los principales factores que predisponen a esta patología; y, obviamente, el consumo de drogas estupefacientes”.
¿Qué hacer después de sufrir un ACV?
La familia desempeña un rol fundamental en la recuperación del paciente.
“La fisioterapia puede durar una hora o dos, pero es muy importante la verdadera terapia durante los primeros meses después del ACV, para ayudar al paciente a recuperar sus funciones. La colaboración no consiste en cargarlo y llevarlo, sino en lograr que use nuevamente las capacidades que perdió”, advierte Mazenett.
“Así las cosas, en unos meses se mejorará significativamente. En caso contrario, después de 4, 5 o 6 meses el daño será permanente y el paciente quedará así para todo lo que le reste de vida”, puntualizó.
*Con información de Coosalud EPS