Como una verdadera burla contra el Gobierno, los industriales y la Región Caribe en general, es calificada la actitud de la petrolera estadounidense Chevron Corporation, de negarse a pactar la nueva fórmula para los nuevos precios del gas recientemente acordados por la dirigencia costeña con el Ministerio de Minas y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).

La cuestionada posición de Chevron contrasta con la de Ecopetrol que, en el caso con Gases del Caribe, aceptó la nueva fórmula.

La situación se presenta en desarrollo de la implementación de la Resolución 213 del 30 de noviembre de este año, emitida por la Creg.

Mediante esa Resolución se dejó la opción de que las partes pudiesen escoger, de mutuo acuerdo, el mecanismo de indexación. También dispuso que “después de haber revisado diferentes escenarios por parte de la comisión y considerando que distintos actores de la demanda tienen distintas posibilidades de gestionar riesgo, en el presente acto administrativo se adopta una opción, cimentada en la autonomía de la voluntad de las partes como principio fundamental de la teoría de los contratos en la legislación colombiana, que las mismas pueden acoger de mutuo acuerdo”.

Así las cosas, el vacío que deja la Resolución es que su contenido no es obligatorio para nadie, pues lo deja para “mutuo acuerdo”. En otras palabras, para que la nueva fórmula sea acogida, tiene que ser acordada por las partes.

Esto significa que para que el gas sea competitivo en boca de pozo, frente a los precios del interior del país, los comercializadores como Gases del Caribe y Surtigas deben negociar con Ecopetrol y Chevron.

Gases del Caribe acudió a Ecopetrol y esta empresa aceptó el ajuste. Sin embargo, Chevron se negó rotundamente a hacerlo.

Lo grave del caso es que la misma Resolución establece que los productores enviarán copia de los acuerdos a la Comisión a más tardar el 15 de diciembre de 2015. Asimismo, deberán declarar esta información y el precio actualizado al gestor del mercado en el mismo plazo.

El plazo vence el próximo martes lo que indica que únicamente la fórmula sería aplicable para el gas en boca de pozo que vende Ecopetrol y no al de Chevron. Es decir, se aplicaría solo a un productor, con lo cual el consumidor recibirá una parte del beneficio y no la totalidad del mismo.

Lo cuestionable de esta situación es como la petrolera estadounidense, Chevron, desconoce abiertamente las decisiones de la Creg y los compromisos de los Ministros de Minas, Hacienda y del propio Presidente Juan Manuel Santos.

De esta manera, la Chevron reta, por un lado al Gobierno y por el otro se burla de las necesidades de los industriales de la Región Caribe, a lo cual se suma el hecho de que dentro de los recientes acuerdos no se aceptaron las rebajas tarifarias para el sector residencial ni para las pequeñas empresas e industrias que consumen gas regulado.

La preocupación ahora es la pasiva actitud del Ministro de Minas, Tomás González, que con su silencio no parece jugarle limpio a la Región.