IPC en América Latina.
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Transparencia Internacional

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Colombia, estancada en su lucha anticorrupción: sigue con un puntaje bajo en IPC de Transparencia Internacional

Sacó 37 sobre 100 puntos posibles y está en el puesto 96 de 180 países evaluados.

Colombia se volvió a rajar en los resultados del Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional. El país está estancado en su lucha anticorrupción, pues sigue con una calificación de 37 sobre 100 puntos posibles.

Los resultados de este nuevo estudio hacen parte del año 2019 y reflejan que el mayor cáncer del país sigue reinando y así nos ven a nivel internacional.

De los 180 países evaluados, Colombia ocupó el puesto 96 y en el plano de América Latina está en la casilla 14, de 32 naciones calificadas.

En lo que respecta a la tabla general, nuestro país escaló tres casillas, comparado con el IPC de 2018. Sin embargo, mantiene el puntaje de 37 sobre 100, por ello la conclusión de que está estancada en su lucha anticorrupción.

Recordemos que Transparencia Internacional revisa los siguientes aspectos principales para medir la corrupción en el marco público:

- Existencia de sobornos en trámites de negocios.

- La desviación de recursos públicos en el ejecutivo.

- La sanción efectiva a casos de corrupción.

- La corrupción política.

- El abuso del poder en sector judicial, policíal y militar, entre otros aspectos.

En los anteriores parámetros es claro que el país no ha mejora, al contrario. La corrupción en esos aspectos mencionados se hace más fuerte y escandalosa.

Somalia, Sudán del sur, Siria, Yemen y Venezuela, son los cinco países más corruptos, según los resultados del IPC de Transparencia Internacional.

Dinamrca, Nueva Zelanda, Finlandia, Singapur y Suecia, los mejores calificados en su lucha anticorrupción. Uruguay sacó la cara por América Latina.

Transparencia Internacional le recomienda a las naciones eliminar los sobornos y las irregularidades en el sector público. También, sancionar los abusos de poder de la Fuerza Pública y a los corruptos que sacan provecho de contratos del Estado.

Lo anterior va de la mano con enfrentar de una manera más severa y eficiente la corrupción política.

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