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La ayuda profesional y el calor de sus tres hijos fueron fundamentales para llenarse de fuerza y seguir batallando en esta vida.
La ayuda profesional y el calor de sus tres hijos fueron fundamentales para llenarse de fuerza y seguir batallando en esta vida.
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A Blanca la ayuda psicológica y el amor de sus otros hijos le devolvieron la esperanza

Estuvo cerca de perder a sus tres niñas, una de ellas con solo cuatro años fue una de las sobrevivientes.

La pérdida de dos de sus hijas en la tragedia de Fundación por un tiempo acabó sus días, todo perdió el sentido, su felicidad se extinguió y el luto se adueñó de su vida; sin embargo, la ayuda psicológica y el amor de sus otros tres hijos le devolvieron la esperanza.

Esta es la historia de Blanca García, una mujer que a sus 31 años tuvo que soportar la muerte de las pequeñas Luisa Tapias, de siete años, y Dianis Tapias, de nueve años. Una falleció dentro del bus y la otra ocho días después de la tragedia, luchando por sobrevivir.

Para Blanca García aquel trágico episodio, marcado en sus recuerdos por el bus en llamas, por momentos le robó la paz y las ganas de vivir. Dejaron de existir las fechas especiales: los cumpleaños, el día de las Madres, La Navidad, el Fin de Año; su vida era oscura, sus días estaban rodeados de tristezas.

Pero esta mujer encontró en las terapias psicológicas su mano amiga. “Los psicólogos me decían que tenía que seguir adelante por mis dos hijos (Hoy tiene tres). No los dejaba salir a ningún lado, me volví sobreprotectora, pero ellos me decían que no podía tratar a los niños así como si se fuese a repetir la historia”.

Blanca de a poco fue regresando a ser la misma. Hoy asegura que el amor de sus tres hijos, una de ellas es la niña (Yendri) que con solo cuatro años sobrevivió a la tragedia, se convirtieron en el motor de lucha para seguir batallando en esta vida, sin olvidar a sus dos pequeñas que en un abrir y cerrar de ojos se fueron de su lado.

“Cuando ocurrió la tragedia muchas personas no creían que mis hijas estaban allí, nunca las dejaba sola, ese día dejé ir a las tres con su abuela y pasó lo que todos conocemos”.

Blanca no olvida a sus pequeñas.

"Yo estaba embarazada y salí corriendo apenas me dijeron que la buseta se incendiaba"

Blanca recuerda que aquel 18 de mayo estaba en casa haciendo oficios y ayudando a su esposo a preparar almuerzos para la venta.

Recuerda que en esa oportunidad la abuela de las niñas las fue a buscar para llevárselas a culto y que solo iba a ir Dianis, Luisa se quedaría en casa, sin embargo, la hermana mayor convenció a la pequeña y las tres niñas de la casa terminaron asistiendo al servicio religioso de ese domingo.

Cuando faltaban pocas cuadras para llegar a casa las pequeñas se subieron al bus, mientras que la abuela siguió caminando a su casa.

Minutos más tarde una sobrina llegó a su vivienda para darle la terrible noticia, que en la buseta en la que venían sus hijas se estaba incendiando.

“Yo estaba embarazada y salí corriendo para donde la abuela y ella me dijo vienen en la buseta con su tía, seguí mi camino y cuando llegó al sitio, está la buseta prendida, no habían llegado los bomberos. Recuerdo que alguien me dijo, las pelas tuyas se las llevó tu hermano, salí corriendo para el hospital y solo conseguí a Dianis, luego recorrí clínica por clínica buscando a Luisa y no la encontré, ella no salió, se quedó junto a otra primita en el bus, nunca se separaban…En el caso de Yendris nadie sabe cómo se salió del bus, yo creo que por ser una niña muy inquieta se salvó, ´para mí se bajó del vehículo cuando lo hicieron varios mayores mientras solucionaban la falla técnica”.

Para Blanca la responsabilidad del trágico episodio la tienen la antigua administración municipal de Luz Stella Durán; el dueño del bus, tránsito y el conductor.

Hoy su familia no vive en un solo cuarto como antes del accidente, sus hijos tienen una mejor vida por el apoyo que han recibido, sin embargo, señala que nada borrará esa terrible mañana y el cariño a sus hijas permanecerá por siempre.

Por Víctor Peñaloza
Seguimiento.co

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