Por Deimer Espinoza
Ingeniero Industrial de Uninorte y Analista
Twitter: @deimerespinoza_

Barranquilla se encuentra ubicada sobre una suave colina, cuya divisoria genera 2 vertientes de drenaje: La Cuenca Oriental que drena hacia el río Magdalena y la Cuenca Occidental que drena hacia el Arroyo León y llega hasta la Ciénaga de Mallorquín, después ambas van al Mar Caribe; esto sumado al proceso natural de lluvias hacen que los arroyos sean una problemática latente.

Los arroyos arrasan con todo a su paso. Hasta un letrero único en el mundo, en las calles tocó poner: ¡Arroyo Peligroso! En 99 años se han reportado las muertes de 133 personas y seguramente fueron muchas más solo que no aparecen en los registros históricos. También afectaban la competitividad; de los 365 días del año, 120 aproximadamente llovía y paralizaban toda la ciudad.

Más de 1 siglo sufriendo y nadie hacía nada. Cuando algo se proponía, la plata nunca alcanzaba. Barranquilla seguía creciendo sin planificación, sin alcantarillado pluvial y los gobernantes de turno ni se inmutaban ante tremendo desorden.

La ciudad, era el hazmerreír del país y del mundo, así era como nos conocían. En 1986 el exministro de Obras Públicas Luis Fernando Jaramillo, dijo una insensatez: “pierdan la esperanza, y muden la ciudad de una buena vez”.

A mediados de los años 80, se realizó el Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla, a cargo de la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa (JICA). Sin embargo, dichos estudios fueron engavetados hasta el año 2008. ¡Pasaron más de 35 años!

Barranquilla tenía rezagos históricos en aspectos básicos que necesitaban solución inmediata como por ejemplo: vías, puestos de salud, colegios, parques, escenarios deportivos, etc. Los arroyos no eran la excepción, por ende a raíz del caos cada vez que llovía tocó ponerse las pilas y hacer un llamado a la acción. Lo curioso y paradójico es que las soluciones llegaron precisamente cuando la ciudad se encontraba en plena Ley 550 (terminada en 2018)  por malos manejos financieros de anteriores administraciones y no se contaba con los recursos suficientes para sacar adelante estos proyectos, por eso se acudió a las figuras que contempla la Ley, ya sean licitaciones con crédito de proveedores, APP o contratos de vigencias futuras.

El Concejo de Barranquilla aprobó vigencias futuras por $2 billones a 2035 para ejecutar las canalizaciones, sin embargo con la recompra de créditos por parte de la banca se dio un ahorro de $716 mil millones y -6 años de intereses de deuda a 2029. Las obras ya fueron entregadas a la comunidad.

Al César lo que es del César

¿Barranquilla sin arroyos? No deja de ser un lema. Todavía no se ha acabado con los arroyos, pero en los últimos 14 años si se ha avanzado en la solución de esta problemática. Entre 2008 y 2022 han sido canalizados 69 km: 24 km box culvert y 45 km a cielo abierto; representando una cobertura cercana al 70% de alcantarillado pluvial de la ciudad.

Según el Observatorio de Arroyos, la zona urbana de Barranquilla cuenta con más de 50 arroyos, de estos se priorizó la canalización de aquellos que más cobraban vidas: Arroyo La María, Arroyo de la calle 84, Arroyo de la calle 79, Arroyo de las calles 75 y 76, Arroyo de las calles 91 y 92, Arroyo de la carrera 21, Arroyo de la calle 58, Arroyo de la carrera 65, Arroyo Hospital (de acuerdo con lo ordenado en la sentencia T-206-2019 el Distrito incluyó el levantamiento de las viviendas que quedaron por debajo de la canalización debido al cauce del arroyo) y Arroyo La Felicidad. Los avances son notables.

Cabe aclarar, que los arroyos y sus afluentes siguen siendo los mismos, no han surgido nuevos o se han desviado, cada canalización ha respetado su cuenca hídrica. En algunos sectores se siguen presentando emergencias porque no se han intervenido esos arroyos.

El problema de los arroyos que nunca fue trabajado en la historia de Barranquilla no lo va a solucionar 1 o 2 administraciones, es más complejo y hay que ir trabajando por etapas. Actualmente, se trabaja en lo siguiente: 2 fase Arroyo La Felicidad, Arroyo Salao II y Caños de Barranquilla. Además se gestionan recursos con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) para continuar con las canalizaciones y entre ellos se encuentran: Arroyo de la calle 85, Arroyo del Jardín Botánico, entre otros.

Próximamente el Distrito entregará el Plan Maestro de Alcantarillado Pluvial de Barranquilla, una hoja de ruta para planificar las inversiones de los arroyos que faltan por canalizar.

A la ciudadanía también le hago un llamado de no arrojar basuras a las rejillas de las canalizaciones para su buen funcionamiento.