Como un grave, pero típico caso de indolencia, califican los familiares de Juan David Cubillos Castro, la desatención que Coomeva EPS ha tenido con él para autorizar el tratamiento médico que requiere.

En este caso, Coomeva, de manera reiterada, ha negado los exámenes que permitan orientar el tratamiento médico.

Todo comenzó cuando Cubillos Castro acudió al punto verde de Coomeva localizado en la carrera 50 con calle 80, al norte de Barranquilla. Allí llegó con dificultades para orinar, por lo que le fue colocada una sonda, descubriéndole una infección en los riñones. Por ello le formularon un tratamiento en casa que se cumplió, con cambios de sondas en la Clínica Bonnadona.

Sin embargo, a partir de ese momento los familiares tuvieron que esperar un mes para que fuese atendido en Urología, ya que le expidieron una orden para el prestador de servicios Uroprado.

Lo sorprendente del caso es que Uroprado no atiende a pacientes de Coomeva por estar la EPS en mora con ellos. No obstante, Coomeva expidió la orden a sabiendas que no lo iban a atender.

Luego, al repetir los exámenes de laboratorio se le detecta una bacteria más poderosa que la primera.

Por esta razón el Urólogo recomendó que, debido a la presencia de la bacteria, debía ser examinado por un especialista en Infectología, para lo cual expidió la orden y la práctica de varios exámenes.

Y es precisamente, en este momento, cuando comienza el verdadero drama familiar.

Al acudir a la Unidad Básica de Atención (UBA), en Comfamiliar, la directora médica, Moraima Haibach, demoró toda una tarde para atender a los familiares. Al final manifestó que no encontró Infectólogo ni lugar para la hospitalización.

“Nos dijo que lo único que podía ofrecer era llevarlo al Hospital General de Barranquilla”, aseguró su hija, Rosa Carolina Cubillos Negrete.

Para sorpresa de ellos, al llegar al Hospital General les manifestaron que Coomeva no había autorizado absolutamente ninguna hospitalización.

Sin embargo, el Hospital General emprendió la atención del caso teniendo en cuenta su estado crítico.

Uno de los exámenes requeridos consistía en un Urotac, que no se le había podido practicar porque Coomeva nunca lo autorizó.

Ya en el Hospital General, los familiares nuevamente requirieron a Coomeva para autorizara el Urotac. La respuesta de Carmela Wong, funcionaria de Atención al Cliente de Coomeva, en la carrera 55 entre calles 72 y 74, fue nuevamente sorprendente: les dijo que no autorizaban el examen porque no se explicaban cómo el paciente se encontraba hospitalizado y para la EPS no existía su ingreso.

Ante la nueva negativa e injustificada dilación, sumado al estado crítico del paciente, el Hospital General le practicó el Urotac, pese a la indolente posición de Coomeva.

Tras practicársele el examen, se espera su resultado para seguir los procedimientos.

Lo inexplicable de todo es que apenas este 7 de septiembre la hija del paciente, Rosa Carolina Cubillos Negrete, recibió respuesta (con fecha 24 de agosto) de un derecho de petición que le dirigió a Coomeva el 8 de agosto pasado, en el que solicitaba agilizar la autorización para valoración de urología y para examen de Ultrasonografía de Próstata Transrectal de su padre.

“Por trámites administrativos nos encontramos en reestructuración con la contratación de los prestadores adscritos a Coomeva EPS como es el caso de este que realiza este tipo de procedimientos. Por tal razón le informamos que la solicitud está siendo validada por el área de auditoría médica con el fin de realizar el trámite para la cotización y cargue del prestador. Confirmamos que inmediatamente se valide con nuestro equipo de auditoría su solicitud, nos comunicaremos con usted para generar respuesta definitiva. No obstante ofrecemos disculpas por los inconvenientes presentados en el servicio estamos en un plan de mejora con el único fin de lograr un mejor servicio, oportuno y eficaz”, le respondió la Central Nacional de Servicio al Cliente. Ver documento

Es decir, la respuesta llegó un mes después de realizada la solicitud, tiempo durante el cual las complicaciones de salud del paciente han aumentado y que, pese a la atención de que ha sido objeto en el Hospital General de Barranquilla, donde se le han practicado los procedimientos negados por Coomeva, ahora requiere hospitalización en una institución de cuarto nivel.

Los familiares solo esperan que Coomeva, por fin, asuma su obligación y disponga lo necesario para continuar con el tratamiento médico.