Las postales del reencuentro de Titanes con su afición, luego de tres años

El templo más sagrado del baloncesto en Barranquilla volvió a vibrar con las emociones de la pelota naranja. El coliseo Elías Chegwin vibró hasta sus cimientos con el regreso de los Titanes al maderamen. 

El panameño Ernesto Oglivie entró al escenario portando la copa de campeones de liga, la quinta que tiene el equipo, mientras que Sorem Deluque hizo lo propio con el trofeo de la SuperLiga. 

Parte del acto inaugural de la temporada fue la develación del banderín del quinto título, que está en la pared de la puerta principal del escenario.

A un costado permanecía exhibida la camiseta '23', que fue retirada en honor al ídolo del equipo Xavier Roberson, asesinado el año anterior en su natal Houston.

El himno nacional fue interpretado por el reconocido cantante Checo Acosta, quien dejó todo servido para el inicio de las acciones.

El gran homenajeado de la noche noche fue el barranquillero Jaime Echenique, primer jugador colombiano en llegar a la NBA a quien se le dio una placa por parte del club y además nombrado socio honorario del equipo.

"No tenían nada preparado, pero esto no es solo mi sueño, si no el cada barranquillero y cada jugador. Fue el privilegiado, le doy las gracias a Dios, a mi padre que se lo merece, a mi madre. Gracias a ustedes por apoyar al equipo de la ciudad y esto demuestra que en Barranquilla hay baloncesto ¡Vamos por más!", aseveró el histórico deportista.

Una vez más, con la casa llena, Titanes salió a la conquista de un nuevo título. El que podría ser el sexto.

 

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