La ancestral cosmovisión andina sigue viva en Perú

La relación de las comunidades campesinas andinas peruanas con el medio que las rodea mezcla ritualidad, respeto y conocimientos ancestrales que los entornos urbanos juzgan y rechazan, pero que pueden ayudar a resolver problemas como la crisis alimentaria o la desertificación.

"Existe una concepción mucho más filial con la naturaleza, una relación de hija y también de madre. Una relación sagrada en algunos momentos y que justamente cambia el sentido de conservación, no solo se ve como un bien económico, sino como algo mucho más íntimo hacia la persona", aseguró a Efe el ingeniero ambiental Javier Llacsa.

El experto es responsable del proyecto Agrobiodiversidad que protege a Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam), articulado por los ministerios peruanos de Ambiente y de Desarrollo Agrario y Riego, la FAO y Profonanpe, fondo ambiental privado de Perú.

En medio de un cultivo de papas en la zona de Patahuasi, en el departamento sur andino de Apurímac, Llacsa señaló las montañas andinas, que superan los 4.000 metros de altura y donde viven comunidades que durante siglos han acumulado conocimientos para adaptarse a un medio diverso, cuyo paisaje cambia drásticamente en apenas minutos y reúne diferentes ecosistemas.

Cuando estas comunidades dicen que los astros o los ruidos que hacen los zorros influyen en sus cosechas, no se les suele comprender, ya que se desconoce su concepción del medio como una unidad en la que todo está relacionado, incluso en la forma que cultivan sus tierras.

"Como trabajan una agricultura de secano y que, por tanto, depende del clima, por una cuestión práctica las familias tienen sistemas de señas e indicadores climáticos que van desde las posiciones de las estrellas o la Luna, el número de flores en determinadas plantas, o donde ponen los nidos las aves. Todo lo que forma parte del paisaje es una seña", explicó Llacsa.

Estos indicadores naturales les avisan del mejor momento para cultivar, dependiendo del inicio de la época de lluvias, algo que para los foráneos puede sonar arcaico y ser visto con escepticismo pero es un sistema que utilizan con éxito desde hace siglos.

 

EFE. 
 

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