Iraníes acudieron a centros religiosos pese a la pandemia y el mal tiempo

A pesar de la pandemia y del mal tiempo en diversas ciudades del país, como Teherán, miles de iraníes asistieron a los centros religiosos para participar en las plegarias nocturnas de Qadr en las que expresan su fe y determinan su destino para todo el año.

En el norte de Teherán, en el mausoleo de Saleh situado en la plaza de Tajrish, la policía tuvo que cortar anoche la calle que conduce al santuario debido a la gran afluencia de gente que estuvo horas esperando a que se abriese el centro para poder entrar.

Con su libreta de oraciones en mano, hombres y mujeres de diversas edades ocuparon las alfombrillas del suelo y recitaron las oraciones especiales de esa noche, en una ceremonia que se transmitía también por una gran pantalla en el amplio patio del recinto.

En plena plegaria, la lluvia dispersó a muchos de los devotos que seguían la oración en el recinto.

Uno de ellos, Mohamad de unos 65 años, lloraba por la "misericordia revelada de Dios" mediante la fuerte lluvia y repetía entre llanos: "gracias a Dios".

Mohamad aseguró que cada año acude a la ceremonia para expresar su devoción al islam y, sobre todo, al primer imán de la rama chií, Ali, quien resultó herido el día 19 de ramadán y falleció dos días después.

Los musulmanes tienen la creencia de que en "Lailat al Qadr", en árabe, o "Shab-e Qadr", en farsi, -que son tres noches entre los días 18 y 22 del mes de ayuno musulmán y que este año tienen lugar entre el 1 y 5 de mayo-, Alá le reveló el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, al profeta Mahoma.

Este año, las Noches de Qadr se celebran cuando Irán se encuentra en la cuarta ola de la pandemia de coronavirus, en la que la mayoría de los contagiados están afectados por la variante británica del virus, aunque en la última semana ya se han detectado casos de la cepa africana.

La cifra de los muertes diarias en el país rondan las 400 y la de contagios supera los 20.000.

Para evitar que estos datos empeoren, las autoridades han cerrado todas las actividades en ambientes cerrados y han establecido un toque de queda entre las diez de la noche y las tres de la madrugada.

Zahra Rafií, de 24 años, explicó a EFE que antes la ceremonia era más masiva aunque, pese a todo, dijo estar contenta porque, "con el cumplimiento de los protocolos, pudimos venir y beneficiarnos".

"El año pasado no pude presentarme pero este año me puse muy contenta al ver que aquí está abierto y pudimos entrar, aunque un numero limitado", dijo Zahra, quien rezó para que todos los enfermos que están hospitalizados, incluidos los contagiados con la covid, se curen lo antes posible y la vida de toda la gente vuelva a ser como antes de la pandemia.

En la ultima semana, con la proximidad de estas ceremonias religiosas, las autoridades autorizaron su celebración pero solo al aire libre, manteniendo una distancia social y durante dos horas, aunque recomendaron seguir las oraciones desde casa a través de la televisión o de internet.

El presidente iraní, Hasan Rohaní, señaló ayer que "estas noches son valiosas", pero la gente debe seguir los protocolos de salud con el máximo cumplimiento. La presencia en la ceremonia no es obligatoria aunque "es recomendable", pero "es obligatorio seguir los protocolos de salud" y todos deben cumplirlos, subrayó.

Sin embargo, en el mausoleo Saleh, según pudo constatar EFE la gente estuvo presente desde las 23:30 horas hasta las pasadas las 2 de la madrugada.

EFE

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