"Diego y yo", de Frida Kahlo, es furor en Buenos Aires y alcanza récord

La obra de Frida Kahlo "Diego y yo", las más cara del arte latinoamericano, ha desatado un verdadero fenómeno en Argentina, donde miles de personas han acudido en los últimos días a contemplar este singular cuadro, que por años permaneció oculto a los ojos del gran público.

Cerca de 12 mil personas acudieron al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) en la primera semana de exhibición de la pieza que simboliza la tempestuosa relación entre Kahlo (1907-1954) y su marido, el célebre muralista mexicano Diego Rivera (1886-1957).

En el autorretrato en primer plano de Kahlo, Rivera aparece dibujado sobre la frente de la mexicana que, a su vez, tiene un tercer ojo, un elemento que representa la continua presencia de su marido en su mente, la obsesión y el sufrimiento de la artista.

La obra se muestra públicamente por primera vez en Argentina tras más de 25 años de permanecer fuera del circuito de exhibición internacional, ya que su última presentación pública había sido en 1998.

Luego permaneció en una colección privada de Texas (Estados Unidos), hasta la subasta de 2021 organizada por la casa Sotheby's, en Nueva York, en la que fue adquirida por el empresario argentino Eduardo Costantini.

Reconocido coleccionista de arte y fundador del Malba, Costantini compró "Diego y yo" para su colección privada por 34,9 millones de dólares, convirtiendo a este cuadro en la obra de un artista latinoamericano más cara de la historia vendida en una subasta.

En diálogo con Efe, Costantini dijo sentirse "muy movilizado y muy feliz" con la exhibición de esta obra, "sobre todo por la respuesta del público y la gente que esta ansiosa de ver la muestra", que estará vigente hasta septiembre de 2023 en el Malba.

"Es lo que siempre deseamos: que el museo tenga vida, vibre", agregó Costantini.

El autorretrato "Diego y yo", de Kahlo, rompió varios récords en la subasta en Nueva York, en noviembre pasado, al cuadruplicar el anterior máximo histórico de la propia pintora mexicana de 8 millones de dólares logrado en 2016 y superar también el de un artista latinoamericano, un hito que ostentaba precisamente su marido, Diego Rivera.

"Me gusta mucho compartir las obras con la gente. Lo más importante del coleccionismo es compartirlo, es la dimensión pública de una obra de arte. La eleva a otro nivel", contó Costantini.

EFE

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