Cuando lo hirieron intentó defenderse y perdió el control del carro y cayó en el arroyo en Santo Domingo.

Redacción judicial

“Ya no se puede trabajar”, dijeron los familiares de Edgardo Rafael Velásquez Domínguez, el taxista de 59 años asesinado a las diez de la noche de este domingo en la calle 82D con carrera 5D en el barrio Santo Domingo en Barranquilla.

El hombre salió de su casa ubicada en la calle 58 número 19-02 del barrio Pumarejo, aproximadamente a las nueve de la mañana, recordó su hermana, Hilda Velásquez.

Entrada la tarde regresó a su casa, almorzó y se quedó viendo el partido de fútbol Junior-Millonarios, en compañía de unos vecinos.

Con la victoria del cuadro rojiblanco, el taxista le dijo a su hermana: “voy hacer otras carreritas”. Ella nunca imaginó que esas serían las últimas palabras que eschucharía de su hermano.

A las diez de la noche Hilda recibió la triste noticia: su hermano había sido asesinado durante un atraco por parte de tres pasajeros, entre ellos una mujer.

Según lo que le informaron, el taxista recogió a tres personas y cuando iba por la calle 82D con carrera 5D del barrio Santo Domingo, los ocupantes lo amenazaron con una escopeta ‘chopo u arma artesanal’, le quitaron el dinero que traía consigo y le propinaron una herida mortal en el cuello.

De acuerdo a los mismos testimonios de quienes presenciaron el hecho, el conductor que tenía dos años de trabajar como taxista, intentó perseguir a los delincuentes, pero la gravedad de la herida le hicieron perder el control del automotor y cayó en un arroyo.

El hombre murió en el lugar, aferrado al timón del taxi, tratando de ponerse a salvo, pero la lesión que sufrió en el cuello le produjo su muerte.

Los delincuentes huyeron y hasta el momento no se han reportado capturas.

Velásquez Dominguez dejó siete hijos mayores de edad, vivía solo en un apartamento del barrio Pumajero al lado de su hermana Hilda.