José Varacka con Antonio Char, Julio Comesaña y Fuad Char.
José Varacka con Antonio Char, Julio Comesaña y Fuad Char.
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¡Varacka nos enseñó a ganar..!

Crónica del biógrafo de Junior Ahmed Aguirre.

Ahmed Aguirre Acuña

En el año 1975 comienza para Junior una nueva era. Marcos Coll y Carlos Peña son encargados del equipo ante la salida de  brasilero Marinho Rodríguez de Oliveira. Los técnicos barranquilleros son conscientes de lo difícil de la situación. Aquel grupo carecía de una disciplina férrea. Ni directivos ni técnicos y tampoco la afición se hacían  ilusiones.

A pocos meses es convocado de nuevo el uruguayo Luis “Marciano” Miloc. Junior cumple una aceptable campaña y clasifica al hexagonal de fin de año. Se podía decir que Miloc acudía como tabla de salvación momentánea, ya que de antemano los directivos en cabeza de Fuad Char habían establecido contrato con el Argentino José Varacka. Miloc se hace a un lado faltando pocas fechas de la final. Varacka funge como observador del plantel.

En la otra orilla, ese mismo año 75, la Selección Colombia dirigida por Efraín “Caimán” Sánchez consigue el subcampeonato suramericano detrás de Perú y el público todo exalta las cualidades del entrenador nacional. Comienza entonces una campaña descomunal por parte de algún sector de la prensa encabezada por Edgar Perea Arias. En las calles y a bordo de un transmóvil de RCN “El Negro” concita en coro al público bajo el lema de ¡Caimán Sí, Varacka No..! Las paredes de las calles son embadurnadas con enormes letreros de Caimán Sí, Varacka no. “La decisión está tomada y Varacka es el nuevo técnico del Junior”, responde Fuad Char.

Fue la primera victoria para el técnico extranjero y la gran derrota del colombiano Perea Arias. Las primeras fechas del campeonato de 76 se cumplen en medio del escepticismo y desconfianza en la hinchada. Además porque Varacka había separado del plantel jugadores reconocidos como Víctor Campaz, Carlos Monsalve, Álvaro Santamaría, Edgar Angulo y al propio crack brasilero Víctor Ephanor considerado la “vedette” del club rojiblanco. Era el grupo de los “Turpiales”, calificativo ganado en una crónica de Juan  Gossaín dado que cuando llegaban tarde a los entrenamientos mañaneros respondían que los turpiales no habían cantado a la hora como de costumbre y por ello se despertaron tarde. Argumentos para disimular el trasnocho por las bebetas en los propios apartamentos donde residían.

Varacka sacó entonces su As bajo la manga trayendo a Juan Ramón Verón, apodado la Bruja” en Argentina; un  crack de pies a cabezas, tres veces campeón de la copa libertadores con Estudiantes de la Plata y campeón Intercontinental. Verón hizo olvidar pronto a Ephanor y Junior comenzó a mostrar una cara diferente. Los resultados fueron aflorando y la afición comenzó a enamorarse de este equipo que a fuerza de voluntad, sacrificio y pundonor obtenía triunfos tras triunfos. Fue el arranque del llamado entonces Equipo de los Obreros. Todos se colocaban el overol para defender la causa. En el torneo Apertura del 76 Junior fue el ganador. Edgar Perea, en un acto de gallardía entrevistó a Varacka, le presentó excusas y le dijo que de ahora en adelante él sería un hincha más de equipo y defensor de trabajo del técnico. Segunda victoria para el “Puchero”, segunda derrota para Perea.

En 1977 Junior con Varacka ganó de nuevo el torneo Apertura y el técnico pidió a club le renovaran el contrato, pero Fuad Char dijo que había que esperar el final del campeonato. Varacka se marchó sin aviso previo y fue calificado como “El Capitán Araña”. Verón se encargó del plantel y en diciembre de ese año Junior se coronó campeón por primera vez. Si bien el título se le otorga a Juan  Ramón Verón, hay que reconocer que todas las bases fueron cimentadas por el “Puchero”.

Varacka regresó en 1980 a cobrar revancha y lo consiguió en Cali en un partido que se perdía 2-0 en el primer tiempo. Molinares y Gabriel Berdugo lograron el empate en la complementaria y el equipo rojiblanco cosechó su segundo título. “Esto es de toda Barranquilla y de  todos los barranquilleros” expresó Varacka en medio del llanto emotivo que lo embargaba aquel momento.

Muchos que conocieron y fueron testigos de la era del argentino, no dudan en reclamar que el mejor técnico histórico del club lo es el “Puchero” Varacka. Con él, Junior mantuvo un invicto en el Romelio de 48 fechas entre 1975 y 1977 y 22 fechas de invicto en un campeonato de 1980. Y con él, los jugadores del equipo comenzaron a ser verdaderos profesionales, defendiendo la camiseta no solo por el valor económico por puntos ganados, sino también por la mística ovalada que imponían en cada partido para defender la causa.

José Varacka nos cambió a los junioristas el chip de un fútbol romántico y de espectáculo de la escuela brasilera por el fútbol práctico y ganador de la escuela argentina. Él nos enseñó el camino para ser campeones.

Su partida a los 86 años, es sin duda, motivo de tristeza por todos los felices momentos que brindó con su equipo rojiblanco a todo el pueblo barranquillero. “José Varacka, nos enseñó a ganar”  tal como se tituló entonces en otra famosa crónica periodística que hizo carrera y que quedó plasmada para siempre en la historia de nuestro Junior.