En la pelea del año y quizás uno de las mejores en la última década, Tyson Fury noqueó a Deontay Wilder, en el round 11 de una verdadera 'batalla' en el cuadrilátero, en Las Vegas, Estados Unidos.

Fue una exhibición de boxeo, amor propio y agresividad.

Ambos pugilistas dejaron la vida en el ring y dieron un espectáculo, en lo que era su 'trilogía', la cual perdurará en la eternidad.

El combate arrancó con todo. Fury y Wilder no se guardaron nada y en el tercer round Deontay besó la lona por primera vez. La campana lo terminó salvando.

Parecía que el combate iba a culminar rápido, pero Wilder despertó en el cuarto round y mandó dos veces a la lona a Tyson Fury. Momentos de tensión en el ring.

Sin embargo, el británico se repuso y empezó a dominar en todos los rincones del cuadrilátero.

Wilder no hacía pie en el ring y los golpes de Fury cada vez eran más certeros. Tanto, que Deontay besó la lona en varias ocasiones, pero se levantaba para seguir peleando. A puro corazón.

Fury lo tenía acorralado y hacía lo que quería en el ring. Un dominio total. Wilder no aguantó más y en el round 11 cayó a la lona.

El juez decretó la victoria para Fury, quien mantiene el título mundial de peso completo del CMB.