En un estadio en el que claramente se veía casi lleno, muy por encima del cacareado 75 por ciento del aforo  y solo con unos claros en los laterales de las cuatro tribunas, fue evidente que se violaron elementales normas de bioseguridad en medio de la pandemia.

En la misma semana en que el Ministerio de Salud informó que el uso del tapabocas seguirá “obligatorio” en Colombia en áreas donde haya afluencia masiva de personas”, se dio el evento masivo más grande en Colombia en los 19 meses de pandemia, el partido Colombia-Brasil en el Metropolitano.

Esa declaración la emitió el Ministerio después del pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud OMS recomendando insistir en el uso masivo de tapabocas para combatir la propagación de la Covid-19.

En lo local, la alcaldía de Barranquilla emitió un comunicado de prensa el pasado miércoles 6 de octubre en el que se entregaron una serie de recomendaciones para los aficionados.

La primera de ellas decía:  “Uso correcto de la mascarilla, distanciamiento de por lo menos un metro y limpieza de manos permanente. Responsabilidad individual, autocuidado y control al momento de estas interacciones sociales”.

La misma Secretaría de Salud trinó en su cuenta de Twitter: “Vacunados, usando tapabocas y con desinfección en manos, así ingresó nuestro equipo a vivir la pasión tricolor”.

Igual la Federación Colombiana de Fútbol recordaba entre los requisitos para ingresar al estadio para el partido Colombia.-Brasil: “El uso del tapabocas es obligatorio”.

Así las cosas en un escenario que seguro se repetirá el jueves en el partido Colombia-Ecuador, surge el interrogante de cuánta responsabilidad cabe al ciudadano y cuánto a las autoridades y organización del evento deportivo. 

Surgen varios interrogantes porque si bien es cierto que se exigía el carnet de vacunación digital o físico, si se pudo verificar que todos eran auténticos.

Ahora, si bien es cierto que había puestos de vacunación en los alrededores del estadio, ¿esto significa que ya la persona quedaba inmunizada minutos después?.

Otro detalle es que se vieron vuvuzelas en el estadio cuando se supone que este tipo de elementos está prohibido por lo que significa sanitariamente la expulsión de aire y saliva por estos elementos.

Si el estadio se entrega a la Federación Colombiana de Fútbol para estos partidos de eliminatorias y ésta a su vez contrata a una firma de logística, ¿se podría informar al país realmente cuántas personas ingresaron al escenario deportivo?. O que de una vez por todas se diga de cuanto es el aforo del escenario deportivo.

Se ha dicho en la Liga Colombiana que el estadio tiene un aforo de 40.000 aficionados por lo que el 75 por ciento eran 30 mil hinchas, pero, si habían 40.000 aficionados entonces cuál es el aforo verdadero. O ¿se acomoda una cifra a conveniencia del organizador de turno?. Ah… y sin contar los aficionados que quedaron por fuera (que se estima fueron más de 2.000) que alegaron haber comprado legalmente sus boletas.

Una pregunta final ¿cómo hace para mantebner el "distanciamiento de por lo menos un metro" cuando se autoriza el 75 por ciento del aforo y "la limpieza de manos permanente" ante semejante concurrencia?