La noche del 29 diciembre el barranquillero Jaime Echenique oró a Dios y le preguntó “¿por qué estás postergando tanto mi proceso, lo dejo todo en tus manos?”

Se acostó a dormir y se preparó para ir a entrenar la mañana siguiente, pero en un horario más tarde de lo normal.

Echenique, de 24 años, estaba esperando el llamado de la NBA desde hace más de una semana. Ya un poco desesperado, al levantarse el 30 de diciembre no miró su celular y se preparó para darse un baño y salir a su jornada normal de entrenamientos.

Sobre las 8:25 de la mañana tomó su celular y se dio cuenta de que tenía más de 20 llamadas perdidas.

“Enseguida me pregunté ¿Qué es lo que está pasando aquí? Todo el mundo me estaba llamando porque no contestaba mi celular. Era el Gerente General, y aunque no voy a repetir lo que me dijo por no contestar, me dijo que había otro caso por Covid-19 en el roster y me necesitaban a las 9:00 en el gimnasio porque iban a dar la oportunidad en el equipo”.

La cita con su destino era para las 9:00 de la mañana y al colgar la llamada ya eran las 8:30. Tenía que llegar tiempo para la prueba anticovid y que le autorizaran entrenar con sus futuros nuevos compañeros.

“Generalmente me demoro 15 minutos para llegar al gimnasio y la prueba PCR se demora un poco más de 20 minutos. Sin embargo, todo fluyó esa mañana, en siete minutos estaba ahí y la prueba no se demoró nada, finalmente pude estar a tiempo”, agregó.

Esa noche jugó 3.02 minutos y se convirtió en el primer basquetbolista cafetero en el mejor baloncesto del platena. 

Jaime, a sus 24 años, tuvo la serenidad para explicar esto en una rueda de prensa con periodistas colombianos a la que paradójicamente llegó tarde. Pero todo se le perdona, porque estaba en pleno entrenamiento con los Wizards.

Además, unos simples minutos no iban a frenarlo cuando ya había logrado descrestar a los scouts a pesar de sus grandes reparos por dos cosas de las cuales no podía deshacer: su condición de latino y su nacionalidad de colombiano.

Y no se trata de un tema racial. Los norteamericanos tienen argumentos un poco más fuertes, que el mismo Echenique supo primero aceptar, para luego poderlos superar.

“Durante mi proceso, cuando yo estaba en España, iba teniendo una temporada muy buena, y la noche del draft estaba despierto porque tenía conversaciones con equipos de la NBA”, comenzó a narrar.

“A lo largo de la temporada estaba en la mira de muchos scouts, pero siempre me decían: ‘primero eres colombiano y ustedes no tienen una liga de fundamento’, porque en mi draft estaban varios brasileños y argentinos”, expresó.

“Segundo: que era latino y es mucho más pesado (por las costumbres y diferencias culturales). Eso me comentaron a mí y no me molestó, porque es verdad”, agregó

Sin duda que tras superar esto, con su baloncesto al nivel más alto, Echenique logró un hito. Aunque continuamente, él no se ‘come el cuento’.

“Llegar aquí no ha sido fácil y mi juego ha dado de qué hablar. No se cómo decirlo, porque a veces tiendo a menospreciar mi situación y a veces nosotros como jugadores no entendemos la magnitud de cuantas horas de entrenamiento se necesitan”, justificó.

Finalmente, dijo que nunca ha sentido rechazo a ser colombiano y por el contrario, su corazón se estremece al saber el fervor que ha levantado al llegar a jugar en el mejor baloncesto del mundo.

“Eso es lo que amo de mi país, lo celebramos todo. Somos muy empáticos y recibimos a todos con los brazos abiertos”, cerró.