Kylian Mbappé celebra con Fran García su gol ante el Celta de Vigo.
Kylian Mbappé celebra con Fran García su gol ante el Celta de Vigo.
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EFE

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Los goles de Mbappé y Vinicius y las atajadas de Courtois salvan al Real Madrid

El equipo blanco derrotó 2-1 al Celta de Vigo, en Balaídos.

El Real Madrid se impuso este sábado al Celta (2-1) con una sensacional actuación de Thibaut Courtois y los goles de Kylian Mbappé y Vinicius, para reforzar su estado anímico antes de encarar una semana importante con el duelo europeo contra el Borussia Dortmund y el Clásico contra el Barcelona en el Santiago Bernabéu.

En el inicio se jugó más lo que quiso el Celta, que dispuso de la primera oportunidad para abrir el marcador, pero Courtois sacó una pierna para negarle el gol al sueco Williot Swedberg en el mano a mano.

Al Madrid le faltaba profundidad. Era incapaz de desarmar al Celta. Pero ahí apareció Kylian Mbappé para desatascar a su equipo. Da igual que el francés aún no esté en su mejor momento. Tiene gol y en Balaídos lo demostró. Le bastó recibir al borde del área para sacar un zapatazo al que no pudo responder el meta celeste.

Antes del descanso, cuando el Celta comenzó a acusar el desgaste, el brasileño Vinicius, desdibujado hasta ese momento, dio señales de vida con un cabezazo que enmudeció Balaídos al marcharse rozando el poste.

El parón no le sentó bien al Real Madrid. Saltó sin tensión al campo y no tardó en pagar un enorme desajuste defensivo que explotó el sueco Swedberg para batir a Courtois. Diez minutos después, Ancelotti movió ficha con la entrada de Modric y Rodrygo. Y al croata le sobraron un par de minutos para mostrar su calidad con un sensacional pase que dejó solo a Vinicius ante Guaita, que tocó el balón pero no pudo evitar el 2-1.

El Celta no acusó el golpe. Con Mingueza desatado, siguió encerrando al Real Madrid en su área. Y disfrutó de dos buenas oportunidades: Courtois se agigantó para evitar el empate de Bamba; el disparo posterior de Mingueza se escapó por centímetros.

Giráldez también retocó su once para tener piernas frescas. El Celta necesitaba velocidad para abrir el muro madrileño. Pero poco a poco se fue apagando hasta que, en el tiempo añadido, Tasos Douvikas casi logra la igualada. El internacional griego llegó muy forzado a conectar un centro de Durán y el balón se marchó fuera.

EFE

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