Aficionados del barrio el Bosque durante la pelea de Liliana Palmera y Alys Sánchez.
Foto
Jairo Cassiani.

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Las apariencias engañan: El Bosque, a la altura de un combate mundialista

Una crónica sobre como una pelea de boxeo cambió la imagen de un barrio.

Una de estas mañanas, jueves o viernes, no recuerdo con precisión, pero fue en la mañana mientras caminaba en el Parque Venezuela, cuando un señor, profesor universitario, me preguntó por el sitio de la pelea entre Liliana Palmera y Alys Sánchez, válida por la faja de las 122 libras en poder de la colombiana.

“¿Dónde es la pelea?”, me gritó. Me detuve y le contesté que se llevaría a cabo en la Cancha San Pío del barrio El Bosque. “Ñeeerda y ¿quién va a ir por allá?”, me increpó el profesor universitario.

"¡Yo!" Le respondí. "La gente de allá se ha comprometido a portarse bien y les creó".

El comportamiento fue impecable.

Pero bueno, llegó el día, una locura, montar una pelea de campeonato mundial en el barrio El Bosque de Barranquilla. El montaje en la cancha San Pío comenzó en la noche del 4 de agosto. Se detuvo prematuramente porque la lluvia impidió que se concluyera esa misma noche. Un techo de 12 x 16 mts, luces para una transmisión de televisión con categoría, todo en El Bosque, donde muchos pensaron bastante para ir y, a lo mejor, ni fueron por temor a ser atracado o, como me dijo un amigo, “yo allá no llevo mi carro”.

Señores, a las 4:00 P.M. del 5 de agosto se dio inicio a una de las mejores transmisiones que haya hecho Telecaribe en cuanto a boxeo se refiere. Ya estaban en el sitio, los ex campeones mundiales que iban a ser homenajeados, ah, pero es que ellos son de la misma perrata se imagina usted, pero también estaban dirigentes como, Gonzalo Baute y Alberto Salah, campantes en ring side, Salah inclusive visitó el sitio en horas de la mañana, con su esposa e hijas y se le vio como un navegante en aguas tranquilas. Tambien estuvo en primera fila el gobernador del departamento, doctor Eduardo Verano.

Los niños fueron protagonistas de la jornada.

Dios mío estamos en El Bosque y hay cuatro(4) hombres extranjeros con vestido entero y sonrientes en medio de una muchedumbre que los mira con asombro. Eran Roberto Ramírez Jr y José Roberto Torres de Puerto Rico, Danilo Dongo un miembro de la marina peruana y el doctor David Singh, de Panamá. Ellos eran los encargados de impartir justicia en el pleito central de la cartelera. Se veían campantes.

"¿Cómo te sientes?", le pregunté a Ramírez antes de subir al ring, el árbitro del encuentro. “Esto es hermoso, ver a tantos niños que se me acercaron cuando entre a los camerinos, es hermoso Alberto, porque no se les ve maldad, sino curiosidad, querían escuchar lo que les iba a decir a las boxeadoras, estoy emocionado”.

Terminaron los dos combates previos a la pelea de campeonato mundial y el comportamiento del público era excelente, sólo lanzaban aplausos y vivas a sus boxeadores.

La colombiana Palmera se fue abajo en las tarjetas.

Vino la ceremonia donde se homenajeó a los ex campeones mundiales, muchos aplausos a Fidel Bassa, Baby Rojas, Ener Julio, Rafale Pineda, Likar Ramos y los familiares de Clemente Rojas y Jorge Eliecer Julio, quienes no pudieron estar presentes. Todo estaba servido para que por primera vez en Colombia se diera un combate de título mundial en un barrio popular.

Sonó la campana para el primer asalto y el público seguía mostrando un comportamiento ejemplar. Ninguna nota discordante.

La colombiana se puso abajo en las tarjetas y los asistentes la animaban, pero sólo con aplausos y a todo pulmón gritando: "¡Vamos Liliana!"

Alys Sánchez se llevó el título entre aplausos.

Me preocupe cuando iban a dar la decisión, pero no, aplaudieron a la venezolana, Alys Sánchez cuando le levantaron el brazo. Eso so lo hace un público  excelente, un público en el que creímos y creyó el Alcalde de la ciudad cuando prefirió El Bosque para homenajear a un barrio que le ha dado gloria a Barranquilla y que se sobró con su pelea de campeonato mundial.

Y como me dijo Roberto Ramírez al momento de partir a su natal Puerto Rico: “Alberto, fue hermoso, me voy emocionado y feliz porque el barrio El Bosque no es como me lo pintaron cuando llegamos a Barranquilla, eso parecía un club social con esos chamacos revoloteando por todo el escenario".

Definitivamente El Bosque se sobró con el comportamiento que sólo tiene las personas de bien.

Alberto Agamez Berrío, especial para Zona Cero

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