Mari Leivis Sánchez tras recibir la medalla de plata.
Mari Leivis Sánchez tras recibir la medalla de plata.
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@OlimpicoCol

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La medalla de Mari Leivis, un producto de la convicción y su fe en Dios

La pesista antioqueña dedicó el logro a su hijo Ismael.

La colombiana Mari Leivis Sánchez habló de su último movimiento que le dio la plata en los Juegos de París en -71 kg de levantamiento de pesas, relegando a la ecuatoriana Angie Palacios al bronce, y contó que la clave fue hacerlo "con serenidad y convicción".

"No sé ni lo que está pasando por mi cabeza, solo quería realizar el movimiento y creo que con serenidad y convicción se pudo hacer y gracias a Dios y confiando en el 'profe' (entrenador). Me dijo: 'ese movimiento es el de la medalla de plata', aunque yo nunca lo había hecho", contó a los periodistas Sánchez.

La de Turbo levantó 145 kilos en su tercer intento adelantando in extremis a su rival ecuatoriana, que era segunda hasta casi el final de la competencia.

La nueva plata olímpica aventuró a imaginarse cómo debe de estar festejando Colombia la medalla y agradeció el apoyo a su madre y a su padre y tuvo palabras de cariño para su hijo.

"Mi familia siempre me decía que no me rindiera, porque, de verdad, había momentos en los que quería rendirme", desveló.

La colombiana junto a la estadounidense Olivia Reeves (oro) y la ecuatoriana Angie Palacios (bronce).

“La luché día tras día, no tengo ni palabras para explicar toda la emoción que siento por haber obtenido esta medalla. Es muy bonito el apoyo de mi familia, de toda Colombia y de mi entrenador, que también por él obtuvimos este resultado, porque día tras día fue un esfuerzo dejar todo, mi hijo, para poder estar aquí”, agregó la deportista de 32 años.

Sobre su hijo, Ismael Elías, señaló: “Lo amo mucho y por él esta medalla. No es fácil dejar la dedicación de un hijo, ser madre a cada instante, es muy duro, pero estoy contenta”.

Mari Leivis le agradeció a Dios por haber conseguido la medalla de plata.

“Le creí sus promesas, por medio de mi madre pude recibir ese apoyo de parte de Dios, es quien nos permite todo, como dice la Biblia ‘no se mueve la hoja de un árbol si él no lo permite’. Creí en su promesa para la gloria y honra y aquí estamos”.

También dedicó unas palabras a su señora madre, Erlinda.

“La amo mucho, a mi padre, a mis hermanos, a mis tías gracias a ellos por su apoyo, por sus oraciones. Para ellos va dedicada esta medalla”.

Con información de EFE