Junior igualó sin goles la noche de este sábado ante el Deportivo Pereira por la fecha 11 de la Liga Colombiana, en el estadio Metropolitano, en uno de los juegos más lamentables del proceso del entrenador Juan Cruz Real, donde solo se salvó de perder por una atajada de Sebastián Viera de un tiro penal sobre el final.

Cuarenta y cinco minutos de sueño, impotencia y rabia. Los hinchas de Junior asistieron, en una forma aceptable, al duelo vespertino de este sábado en el estadio Metropolitano, esperando algo mejor. Pero fue uno de los primeros tiempos más pálidos del equipo. 

A Junior se le olvidó muchas de las cosas que bien hacía en las primeras fechas. Poca presión en punta, ninguna generación de juego y una inefectiva ofensiva por las bandas que lo único que hizo fue volver al equipo predecible. 

Además, el Deportivo Pereira le dio una cucharada de su propia medicina. Tres centrales y un área propia repleta de jugadores para complicarle todas las opciones para llegar. 

Tanto es así, que, al término de la primera mitad, ni un solo tiro de riesgo ejecutó Junior sobre el meta de Harlen Castillo. Es decir, el ‘Tiburón’ no pudo con el ‘Chipi-Chipi’. 

La única noticia de la primera mitad fue la tempranera lesión a los 12 minutos del central Nilson Castrillón, para terminar de desajustar la defensa. 

Con el silbatazo del primer tiempo, una catarata de chiflidos se vino encima de Juan Cruz Real, desgastado por los malos resultados.

Los hinchas no se lo pasaban más: insultos, gritos y hasta un botellazo que reventó a un metro de él, mientras iba a recoger la escultura del Cristo Negro que siempre carga encima cuando va a dirigir. 

Era una situación límite. Si no se ganaba, el octavo puesto, ya de por si poco para la nómina, peligraba. Además, el entrenador ya no tenía más crédito para seguir despilfarrando puntos de local. 

Se movió rápido desde el banco para darle ingreso a Carmelo Valencia por Edwuin Cetré, que se fue sin dejar huella en el partido, pero por el desorden comenzó a padecer. 

A los 57 minutos Didier Moreno se adelantó en el primer palo para comenzar a hacer figura al arquero Castillo, que atajó para mantener el compromiso sin goles. 

Dos minutos más adelante llegó la arremetida pereirana, cuando Brayan León se metió hasta al área y en un mano a mano salvador, Sebastián Viera alejó el peligro para darle otra oportunidad a Junior. 

A los 70 de acciones llegó la más clara para los de casa. La defensa matecaña falló y la bola le quedó en los pies a Carmelo, que se fue a toda velocidad contra un Castillo que se movió achicando para salvar increíblemente el peligro. 

En el minuto 82 llegó una jugada clave. Luego de ser analizada por el VAR, el juez sancionó un claro tiro penal por mano descarada de Jorge Arias en un centro, que llegó a patear Carlos Ramírez lanzando un tiro a la mano izquierda de Sebastián Viera, hasta donde llegó el uruguayo para evacuar el riesgo. 

Fue una segunda oportunidad para Junior y Cruz Real, que luego, a los empujones, se volcó a buscar el partido. Pero sin mayor éxito. 

El 0-0 quedó lapidario. Juan Cruz Real no debería amanecer este domingo como entrenador de Junior, luego de la lluvia de insultos y botellas que le cayó de la tribuna de parte de la hinchada, que más molesta que nunca, no lo quiere ver más. 

Ahora, el sueño de una remontada por la Copa Colombia del 1-0 ante el Unión Magdalena, parece bien lejano ante un equipo que se quedó sin credibilidad y posiblemente sin entrenador.