Israel Luna, boxeador barranquillero residenciado en Estados Unidos.
Israel Luna, boxeador barranquillero residenciado en Estados Unidos.
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Zona Cero

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Israel 'Izzy' Luna, un ejemplo de superación a través del boxeo

El púgil barranquillero, de 28 años, quiere brindarles a otros jóvenes de la ciudad la posibilidad de cambiar sus vidas a través de este deporte.

El boxeo fue la oportunidad que le dio la vida a Israel Luna. Por medio de este deporte pudo conocer a quien se convirtió en su protector: Burton B. Fox, y a quien le debe lo que es ahora, un exitoso empresario, a punto de obtener su residencia como ciudadano estadounidense, pero con deseos de ayudar a muchachos colombianos con talento para pelear y que quieran hacer carrera en el país del Norte.

Luna, de 28 años, asegura que no se ha retirado del boxeo. Hace cinco años no pelea, pero dice que en septiembre o noviembre volverá a subir al ring para continuar su carrera profesional, en la que está invicto, con 19 triunfos y un empate.

En Estados Unidos lo apodan ‘Izzy’ y en este país ha puesto en práctica todas las enseñanzas de Fox (jefe de colegios bilingües como el Parrish), quien le dio la oportunidad de educarse y de convertirse en una persona de bien.  

Luna se formó como boxeador en el club Promesas de mi Barrio, en un entorno difícil como es la zona cachacal, de donde también salieron púgiles como Alex Therán y Eduard Marriaga.

“Aquí en Barranquilla a los boxeadores que empiezan de abajo les toca solos a la espera de, algún día, poder encontrar un apoyo. Eso fue lo que pasó conmigo, encontré una ayuda desde muy joven y la aproveché. Empecé con muchos amigos de la zona cachacal, con muchos malos ejemplos, pero teníamos un equipo muy fuerte: Promesas de mi Barrio. Éramos como ocho o 10 boxeadores élite y de ese equipo siempre salían campeones nacionales, pero la mayoría no cogió el camino correcto”.

Luna alcanzó tres títulos nacionales de boxeo aficionado y un galardón de más combativo. Conoció a Burton B. Fox por casualidad, durante un intercambio de Atlántico con Bolívar en el barrio El Carmen. Fox había ido a ver a un boxeador profesional que perdió su pelea y quedó impresionado con la calidad de Israel, que en ese entonces tenía 13 años.

Siguieron viéndose en otros eventos boxísticos y siempre se saludaban, hasta que una vez lo citó en el hotel El Prado, con su papá y el entrenador Salomé Herrera.

Ese día Fox le dijo a Luna unas palabras que este nunca olvida: ‘Tienes talento, pero en la vida eso no basta. Debes tener una buena educación, unos planes, un propósito en tu vida. Si quieres que yo te ayude, te ayudo, pero tiene que ser 50% boxeo y 50% estudio'. El joven peleador aceptó la propuesta sin dudarlo un segundo.

Burton B. Fox falleció en 2020, pero Israel Luna ha seguido al pie de la letra cada una de sus enseñanzas para la vida.

“Emprendí un negocio en lo que yo sé hacer, que es el boxeo, creé un sistema en circuito fitness. Empecé ese proyecto pequeño y las personas fueron llegando, les fue gustando el concepto y ya pasé a otra ubicación, en un gimnasio súper grande, con un ring de boxeo. Mi idea es abrir un club de boxeo, por ahora tengo 35 boxeadores, es otro proyecto que tengo en mente aquí en Barranquilla y en Estados Unidos”, manifiesta Luna.

El pegador barranquillero, que espera pronto volver a pesar 140 libras para pelear, confía en que su historia sirva de ejemplo para muchos jóvenes con deseos de triunfar en el boxeo.

“Yo fui uno entre 100 mil al que se le dio una oportunidad de ir a Estados Unidos y pelear. Aquí hay mucho talento, pero son muy pocos los que van con otra idea y concepto. Van por la bolsa, por el dinero, no piensan en el mañana, sino en el momento. Yo siento que, si hay boxeadores talentosos, disciplinados y que quieren salir adelante, se puede hacer un intercambio entre Colombia y Estados Unidos para llevar y traer boxeadores”.

Luna vive en Northport (Alabama), cerca de Atlanta, donde poco se habla castellano. Allá se casó hace seis años con la ciudadana americana Kelley Yarber y ha estudiado de todo un poco: piano, teatro, música, historia, inglés. Le gusta la lectura, aunque confiesa que su gran pasión es el diseño gráfico. De hecho, tiene pensado abrir su propio estudio basado en el boxeo y llamarlo Luna Design Studios.

“Las piezas están ahí, tengo que armarlas y crear un plan para poder desarrollar esa idea de colaboración entre Colombia y Estados Unidos. Beneficiar a todos esos talentos, poder rescatar el boxeo colombiano, si lo hago solo me tomará mucho más tiempo, pero lo voy a hacer. Cuando me decido a hacer algo nadie me quita esa idea. Si lo hago solo, se puede hacer, pero más lento, si hay apoyo se haría más rápido y se beneficiarían más personas”.

Por lo pronto, no olvida sus raíces, ni a las personas que le tendieron la mano, como su entrenador Salomé Herrera, a quien es al primero que busca cada vez que viene a su tierra natal.

“Salomé es el padre mío en el boxeo, he tenido entrenadores cubanos, americanos, canadienses, hasta Mark Breland, campeón olímpico y dos veces campeón mundial, pero mi entrenador favorito es Salomé Herrera, el que estuvo desde el día uno y el que siempre confió en mí”, puntualiza.

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