"Hemos hecho historia juntos": Eliud Kipchoge
El keniano batió la barrera de las dos horas en un maratón.
El keniano Eliud Kipchoge, récord mundial de maratón, dijo que se encontraba muy feliz tras derribar hoy en Viena el legendario muro de las dos horas con un tiempo de 1h59:40, una marca que sin embargo no será oficial por las ayudas externas que recibió.
"Me siento bien. Soy el hombre más feliz del mundo tras ser el primero en correr (el maratón) en menos de dos horas", ha declarado el atleta africano tras superar uno de los retos más complicados de la historia del deporte.
"Espero que más gente alrededor del mundo corra por debajo de las dos horas después de hoy", agregó.
El maratoniano más rápido de la historia ha reventado el crono corriendo los 42.195 metros a una velocidad media más propia de un sprint, con un promedio de 17 segundos por cada 100 metros, 2 minutos 50 segundos por kilómetros.
El fondista se mostró muy emocionado y agradeció el esfuerzo de su equipo y a las personas que le animaron durante la carrera: "Hemos hecho historia juntos".
"Las liebre hicieron un gran trabajo, están entre los mejores corredores de todos los tiempo", elogió a sus equipo de 41 atletas de primer nivel que le apoyaron en la carrera.
Kipchoge reiteró que romper la barrera de las dos horas envía el mensaje de que el ser humano no tiene límites y espera que este hito sea una inspiración y una fuente de esperanza para todo el mundo.
El atleta reconoció que se trató de "una carrera dura" y subrayó que con esta marca histórica quiere enviar la idea de que "juntos podemos hacer este mundo mejor".
Kipchoge realizó los últimos metros en solitario y entró en la meta sonriendo, tras dinamitar una de las fronteras legendarias del atletismo de forma muy holgada.
El fondista, récord mundial de maratón (2h01:39), ha sido el protagonista en solitario de una carrera hecha a su medida, "Ineos 1.59", en la que ha contado con ayudas externas no permitidas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y, por tanto, su marca no será homologada.
Kipchoge, que ha clavado los tiempos de forma constante, corrió detrás de un vehículo que le iba marcando el ritmo para batir el muro de las dos horas y rodeado por siete 'liebres' en formación de flecha para protegerlo del viento
Esos siete corredores formaban parte de un equipo de 41 atletas de primer nivel que se fueron turnando a lo largo de toda la carrera para darle apoyo.
Las liebres eran una selección de atletas de primer rango, como los tres hermanos noruegos Ingebrigtsen -Henrik, Filip y Jakob- el etíope Selemon Barega, reciente subcampeón del mundo de los 5.000 metros, o los estadounidenses Bernard Lagat y Paul Chelimo.
También contó con un avituallamiento en movimiento y un circuito completamente llano y adaptado, incluso con partes recién asfaltadas para evitar irregularidades.
Miles de personas madrugaron para animar al atleta en una prueba que tuvo lugar en el parque vienés del Prater, en un circuito completamente llano de 9,6 kilómetros, del que la inmensa mayoría del recorrido es recto y al resguardo de los arboles.
Han sido 4,3 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. A ambos extremos hay dos amplias rotondas que han sido adaptadas para evitar cualquier desnivel.
Aunque se trata de un maratón de laboratorio, en el que todo estuvo calculado hasta el más mínimo detalle para batir el récord, correr a un ritmo tan brutal y hacer trizas el muro de las dos horas permite a Kipchoge entrar en el olimpo de las deidades del deporte.
EFE