Contemplando la infinidad de fotos con tantas personalidades del deporte, los diplomas de los siete premios nacionales de periodismo Simón Bolívar y tres ejemplares de los libros que escribió: 'Dioses de carne y hueso', 'De Pescaíto a la gloria' y 'Bolillo, golpe a golpe' se dimensiona la grandeza de Fabio Poveda Márquez, periodista deportivo fallecido hace 25 años, un día como hoy, 18 de mayo de 1998.

Fabio sigue vivo a través de su programa de radio 'Deporte Espectacular', que bordea casi el medio siglo de existencia, el cual es dirigido por su hijo Fabio Poveda Ruiz, quien al momento de la muerte de su padre vivía en Estados Unidos y debió venir a radicarse a Barranquilla y ocuparse del programa para que este no muriera.

En el libro en que Fabio relata la vida de 'Bolillo', hay una dedicatoria especial para su hijo mayor, con fecha 26 de abril de 1998, la cual retrata lo que significaba para él. 

“Para un futbolista frustrado, alguien que tuvo la mala fortuna de nacer en la misma época de Pachequito, de jugar en el mismo equipo, y de querer parecerse a Valenciano. En definitiva, para mi hijo Fabio, que no pudo jugar al fútbol mejor que yo, pero que todavía puede ser mejor periodista que yo, si logra mantener encendida siempre la llama del corazón y subir, subir, subir”.

Al momento de su fallecimiento, Fabio tenía 57 años. La muerte lo sorprendió cuando se alistaba para asistir al Mundial de Francia, como enviado especial de la cadena radial Caracol. Había tenido que correr bases para entregar a tiempo para entregar a tiempo el libro de ‘Bolillo’, entonces técnico de la Selección Colombia que iba a participar en ese torneo.

Dos días antes, en su amplia casa en el norte de Barranquilla, había celebrado, con una fiesta que ya era tradicional, el día del radio operador. La fecha original es el 1 de abril, pero, por encontrarse de viaje, la corrió para el 16 de mayo. 

Al día siguiente, antes de dirigirse al estadio Roberto Meléndez para comentar el partido que Junior empató 2-2 con Bucaramanga, Fabio saboreó un exquisito plato de sancocho que había sobrado de la noche anterior y después fue a la concentración del Junior a Solinilla para entrevistar a Víctor Danilo Pacheco para el ‘Noticiero Deportivo’ de Telecaribe.

En la transmisión de radio despidió a Jorge Bolaño, quien viajaba a integrarse a la Selección Colombia que iba para el Mundial. También grabó su comentario del juego para el ‘Noticiero’ Deportivo’ y luego se fue para su casa, donde al poco empezó a sentirse mal. 

Pese a ello y la insistencia de su amigo Julio Torres Roca, quien por esas casualidades llegó a su casa a visitarlo, Fabio se negaba a ir a la clínica. No obstante, después de la recomendación del médico Iván Chalela, logró convencerlo. 

Pocos minutos después de ser ingresado a la Clínica del Caribe, Fabio sufrió un primer infarto. Logró ser estabilizado y trasladado a la Clínica General del Norte, donde le practicaron un cateterismo. El procedimiento fue exitoso y las probabilidades de vida del periodista eran del 95 %, aunque su presencia en el Mundial quedaba descartada. 

Pero, sobre las tres de la mañana de ese lunes 18 de mayo, un nuevo infarto acabó con la vida de Fabio, quien al momento de ingresar a la clínica le pedía a Dios que todavía no se lo llevara. A sus amigos cercanos les decía siempre que quería vivir 'sólo' hasta los 70 años en plenitud de facultades físicas y mentales.

"Siempre hay mucha nostalgia cuando llega esta fecha, pero la satisfacción que queda es que han pasado 25 años y todavía está vigente. Me llena de satisfacción que todavía lo recuerden, que ponga una foto en redes sociales y todavía hablen bien de él, que jóvenes que no lo han leído sepan quién es por lo que le dijeron sus padres", afirma Fabio Poveda Ruiz, quien también es periodista de Blu Radio.

"Son fechas dolorosas, pero mi papá estuviera próximo a cumplir 83 años, pero hubiera cumplido 80, en plena pandemia, entendí que era el momento en que no hubiera estado y empezó a doler menos su ausencia", agregó.

El futuro de Fabio, como lo quería su papá, estaba en Estados Unidos. De hecho, allá había empezado a ejercer su carrera como periodista, pero se vio obligado a regresar a su tierra natal para ponerse al frente de 'Deporte Espectacular', el programa que era la pasión de su padre.  

Fabio está seguro que su papá hubiera disfrutado el tema de las redes sociales porque si algo le gustaba era tener interacción con la gente. A pesar de ser un periodista de la vieja época de la máquina de escribir, habría aprendido a manejar el whatsapp y estaría encantado de poder llamar por esa vía a cualquier parte del mundo. 

"Mi papá siempre estuvo pendiente de los avances tecnológicos, si salía una grabadora más nueva, el quería comprársela enseguida. Cuando salió el tandi, el gran descubrimiento para los periodistas que viajaban, él lo tuvo. Tener contacto constante con la emisora, poder hacer llamadas y que no te cobraran, porque las cuentas que pagaba eran grandísimas. Hubiera sido muy activo en redes sociales".

Lo que sí reconoce Fabio hijo que le hubiera costado y dolido a su papá era trabajar en medio de las restricciones que hay en los equipos de fútbol y las selecciones nacionales para los periodistas.

"Le hubiera causado mucho dolor y hubiera estado muy triste porque su gran logro era poder sentarse con todos estos deportistas y tener una charla mano a mano con ellos. Era con lo que él marcaba diferencia. Sus grandes reportajes era porque los futbolistas (deportistas) veían en él a una figura paternal y a la vez a un amigo y una persona con la que se podían abrir. Por eso tenían tanto éxito esas entrevistas. Decir que tenía abiertas las puertas de la Selección Colombia era su gran orgullo, pero creo que aún así se hubiera reinventado".

Fabio Poveda Ruiz aspira a publicar este año un libro con los mejores trabajos periodísticos de su padre, especialmente con los que ganó el premio Simón Bolívar. No fue fácil recopilarlos porque no están digitalizados, pero después de varios años de esfuerzo y dedicación los lectores podrán deleitarse con crónicas como 'Los cracks del Brasil', 'Desfile de monstruos', 'El planeta Maradona' y de Pambelé y Édgar Rentería, entre otros.

Para el recuerdo quedarán frases como 'fuego en el corazón', con la que expresaba que había que tener pasión por lo que se hace. O la cuña del desaparecido restaurante de comida típica costeña 'El Tremendo Guandú' o decir sin ningún sonrojo que Borletti era el mejor mago del mundo.

Y si se habla de regaños, quienes tuvieron el privilegio de trabajar con Fabio, recordarán que cuando de manera sorpresiva mandaba a tomar Café Universal, era porque venía un cocotazo seguro.