Billy Sianis, dueño de la cabra que lanzó la maldición.
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Esta era la maldición de la 'Cabra Billy', la que esfumaron los Cachorros

El dueño de un bar cercano al estadio les auguró la mala suerte.

Los Cachorros de Chicago lograron romper una maldición de 71 años al conquistar su primera Serie Mundial, desde que un viejo, dueño de una taberna, los maldijera por lo que sintió fue un desplante y una ofensa. 

La historia se remonta a 1945, a la Serie Mundial disputada ese año entre los Tigres de Detroit ante los Cachorros. 

Para ese momento, los Cachorros eran uno de los equipos más fuertes del momento. Tenían una alineación sólida y de hecho ya estaban ganando la Serie 2-1. 

El cuarto juego estaba pactado para el 6 de octubre, en el Wrigley Field, hogar de la novena de Chicago. 

Hasta la puerta del lugar acudió un inmigrante griego llamado Billy Sianis, quien era un tabernero.

El hombre había bautizado su taberna como 'Billy's Goat' (La Cabra de Billy), y para promocionar el negocio había comprado una gran cabra a la que llevaba a todos lados. 

Bar 'La Cabra de Billy', que aún existe en Chicago.

La estrategia de mercadeo le funcionó. Pronto, su taberna se transformó en una de las más populares del norte de la ciudad y albergaba a los aficionados de los Cachorros antes y luego de los partidos, al quedar a pocas cuadras del Wrigley Field.

Sianis, quien se entusiasmó con el equipo y se volvió un seguidor recurrente, adquirió dos boletas para aquella confrontación. Una para él, y otra para la cabra. 

Así, se puso su mejor traje, sombrero fino y sobretodo para el frío y la lluvia. Guardó las boletas en el bolsillo de su saco y en una mano agarró el sombrero y en la otra cargó con la cabra. 

Llegó a la puerta del estadio. Hizo la fila y cuando estaba en el torniquete del escenario, un guardia no lo dejó pasar. 

Billy, extrañado, pidió el favor de que lo dejaran hablar con Philip K. Wrigley, dueño del equipo, del estadio y de una gran fortuna. 

'Mister' Wrigley accedió a hablar con Sianis para ver que era lo que estaba pasando. Al ver el quien era dijo: "dejen entrar a Billy, pero no a la cabra". 

Ante la solicitud, Sianis replicó: "¿por que?",  a lo que Wrigley respondió tajante: "es que esa cabra apesta". 

Sianis entró en furia y prefirió irse, eso sí, primero lanzó una maldición. “Los Cubs no ganarán nunca más. Los Cubs nunca ganarán la Serie Mundial hasta que no le permitan a la cabra ingresar a Wrigley Field”.

Billy Sianis con su cabra Murphy el día que no los dejaron ingresar al partido.

Sea por una razón u otra, lo cierto es que los Tigres no solo ganaron ese día, sino que ganaron esa Serie Mundial.

Tras el último juego, Sianis mandó una carta al dueño del equipo: "¿Quién apesta ahora?", le recriminaba. 

Sea como fuese, desde ese día los malos resultados se hicieron permanentes para los Cachorros que aunque conformaran novenas de calidad, simplemente no eran capaces de ganar ni el banderín divisional. 

Con los años, esa psicosis se fue arraigando en la cabeza de los aficionados. Tanto fue así, que en el año de 1973, ya con 17 años de maldición encima, el periódico Chicago Tribune intentó una 'contra' para erradicar el hechizo, invitó al estadio al sobrino de Sianes, Sam quien era el nuevo dueño del bar que todavía hoy existe, para que llevara una cabra al estadio.

En efecto, el hombre asistió, pero la maldición se quedó en el estadio. Pese a que pasearon la cabra, descendiente de la original, por los alrededores en limosina y con una alfombra roja con un letrero que decía "todo está perdonado"... esta se quedó afuera para el partido. 

Como las cosas no funcionaron, pues los Cachorros tuvieron años con más pena que gloria, en 1984 Sam nuevamente regresó al estadio, esta vez entró hasta la cancha con su cabra y gritó: "¡La maldición está levantada!". 

Sam Sianis paseando la cabra por el terreno.

Increíblemente, los Cachorros ganaron la Serie de División tras 40 años. Llegaron a la Serie Mundial, tenían la ventaja 3-2 y solo necesitaban un triunfo. Pero la perdieron. Billy se mofaba de ellos desde el otro mundo y la cabra se los seguía llevando por los cuernos. 

Sin embargo, uno de los episodios más increíbles en la historia de la cabra se remonta a 1994, cuando los Cubs tuvieron su peor arranque en décadas. Sam, sintiendo culpa, decidió probar suerte nuevamente y sin avisar llegó a la puerta del Wrigley Field con una cabra en brazos. 

Nuevamente los porteros no lo querían dejar entrar, para evitar más burlas. Pero pronto la noticia llegó a los aficionados en las tribunas que se pusieron en pie y a punta de gritos, junto a la presión del expelotero y salón de la fama Ernie Banks, lograron que Sam entrara a las tribunas para ver el juego. 

Ese día, aunque no lo crea, los Cachorros ganaron por primera vez en la temporada. 

Sin embargo, al final del año, solo hubo otra decepción. 

Este año la maldición pasó a un mal recuerdo. Con un buen cuerpo de lanzadores y bateó de poder y oportuno, los 'Nuevos Cachorros', como dicen sus aficionados, hicieron polvo a la maldición. 

Después de todo, no hay cabra que viva más de mil años ni equipo que lo resista. 
 

 
 

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